CICLO GRANDES INTÉRPRETES INTERNACIONALES
TEATRO COLÓN
DUBRAVKA TOMŠIČ SREBOTNJAK, PIANO
DOMINGO 15 DE JULIO
PROGRAMA
DOMENICO SCARLATTI 5 SONATAS DO MENOR, K.11
SOL MAYOR, K.159
DO MAYOR K.14
RE MENOR, K.9
SOL MAYOR, K.125
LUDWIG VAN BEETHOVEN SONATA EN DO MAYOR, OP.53 “WALDSTEIN”
ALOJZ SREBOTNJAK MACEDONIAN DANCES (DANZAS MACEDONIAS)
FRÉDÉRIC CHOPIN BALADA EN LA BEMOL MAYOR, OP. 47
NOCTURNO EN DO SOSTENIDO MENOR, OP. 27
NOCTURNO EN RE BEMOL MAYOR, OP. 27. Nº 2
SCHERZO Nº 2 EN SI BEMOL MENOR, OP.31
CRÓNICA
Dubravka Tomšič Srebotnjak, nació en 1940 en Croacia, esta píanista educada en la Juillard School of Music y que tomó clases con el gran Arthur Rubinstein lejos está de jubilarse. Una vida llena de música y premios la acompaña.
Cuando cualquiera podría pensar en un retiro esta intérprete está llena de energía, su vitalidad brota desde el centro del cuerpo y llega a cada dedo. Con estilo cuidado no derrocha movimientos pero llega a todas las notas necesarias.
Si bien no escuchamos un programa fuera de lo común, hay que sentarse y poseer una gran técnica para abordar este repertorio. Sí se notó la tranquilidad que dan obras tan estudiadas y mil veces tocadas.
En la segunda parte escuchamos una selección de obras de su difunto esposo: Alojz Srebotniak, con un sonido nacionalista y contemporáneo.
Con el bagaje de la experiencia paseó por los más difíciles pasajes musicales con gran soltura técnica. Los pianísimos, de esos que no importan si llegan al sexto piso, sonaron definidos y definitivamente llenaron la sala.
Todos vamos a escuchar los fortes y los pasajes de extrema agilidad, ahí estuvieron para deleite del público.
Siempre pienso que la técnica americana se esfuerza demasiado en la perfección y poco en lo emotivo, porque uno va justamente a tener un momento espiritual más allá de los autores y los programas. En ese sentido fue un concierto sin emociones: corrección extrema, respeto por el autor, limpieza en los pasajes, agilidad en la articulación. Pero uno siente que es un concierto más. No salimos de la sala con la sensación “devota” que, algunas veces, buscamos en el arte. Tampoco nos deleitó con alguna perla de estas pampas, con tan lindas obras que hay.
Así y todo uno no deja de disfrutar entre las panas la grandilocuencia del piano, la belleza de un Beethoven, el romanticismo de un Chopin.
Laura Ferrarini
Del Programa de mano:
Dubravka Tomšic Srebotnjak se formó en los Estados Unidos en la década del 50. Allí conoció al mítico Arthur Rubinstein, quien fue su principal maestro. Ese encuentro la marcó a fuego. Volvió a Europa, donde ganó importantes concursos, ofreció innumerables recitales y se presentó junto a las orquestas más prestigiosas del planeta. Desde entonces continúa recorriendo, incansable, los nuevos escenarios de todo el mundo. Llega por primera vez a Buenos Aires.