Nunca use un traje o incluso pantalones con un suéter. Use sandalias, calcetines y pantalones cortos por encima de la rodilla. Solo en este caso un director decente tiene derecho a ponerse una chaqueta. Y recuerda: no importa lo que te pongas debajo de la chaqueta, pero no una camisa.
Empecemos a poner en escena. En primer lugar, ignore las instrucciones del compositor y/o libretista con respecto a la hora y el lugar de la ópera. Por lo general, se considera una buena forma que los directores de ópera modernos transfieran los eventos de la ópera a nuestro tiempo, pero esto no debe confundirlo. Lo más importante, no intentes enfrentarte al «manguito» de Mimi o al vestido de Violetta. Esto es un error. El resto depende de tu gusto.
Por ejemplo, los eventos de la ópera «Eugene Onegin» encajarían bien en el entorno de la Antigua Grecia. «Aida» puede verse muy bien en un entorno que ilustra la era neolítica, pero «La Traviata» quizás se adapte mejor a un entorno moderno.
En este último caso, para enfatizar el dramatismo de la trama, es importante indicar claramente el lugar de la acción. Digamos que podría ser la estación de tren de Constitución en Buenos Aires o uno de los barrios de Mogadiscio en Somalia. Lo más probable es que Somalia sea aún mejor.
En cuanto a la escenografía, no debe haber palacios, harenes y acantilados sobre el mar en el escenario. Cuanto más oscuro y sombrío sea el diseño general de la actuación, mejor. Y lo más importante, repetimos, no debe haber un solo detalle en la escenografía que insinúe la trama del libreto.
Si el Neolítico o Grecia no son de tu agrado, traslada la acción a una oficina abstracta, una comisaría, una fábrica abandonada o un astillero.
Si no dan dinero para la escenografía del taller de reparación de barcos, no te preocupes, deja de lado la idea de una producción a gran escala, como Aida, pero de momento pinta todo de negro y coloca sillones blancos o negros que seguramente funcionará…
El contacto con el diseñador de vestuario es importante. Los hombres deben cantar en tríos de yuppies o con uniforme militar de cualquier época.
Teóricamente, las mujeres pueden vestirse con vestidos de noche. Pero en este caso, sus movimientos escénicos deben ser lo más activos posibles: sin quitarse el vestido, deben correr, andar en bicicleta, caminar sobre sillas, etc.
Pero es mejor demostrarle al espectador todas las ventajas y desventajas del exterior de los artistas. Al final, un mínimo de ropa para mujeres es adecuado para Grecia, para el Neolítico y para la estación de Constitución. Por no hablar de Somalia.
Por cierto, sobre la ropa. Asegúrese de insertar una escena con strippers o culturistas profesionales en la ópera. Si nadie se desnuda en la ópera, el fracaso está garantizado. En el peor de los casos, puede persuadir al coro o los figurantes para que se desnuden.
No da miedo si el espectador comienza a confundir a los personajes. Al final, puede darles placas de identificación en sus manos o coser números en sus espaldas; esto no es muy nuevo, pero efectivo.
Recuerda lo principal: sin un video en el escenario, eres un tonto. Los televisores, las pantallas o las proyecciones que funcionen servirán. Elija el contenido del video usted mismo; después de todo, ¿quién es el director aquí? Puede ser una crónica psicodélica, tu película de acción favorita al revés, o una cámara colgada del cuello de tu gato, no importa. Debería haber video en la ópera, punto.
Además, es extremadamente necesario deslumbrar a la audiencia con destellos estroboscópicos varias veces durante la presentación, o incluso mejor: simplemente coloque los focos frente al telón de fondo, apúntelos hacia la sala y enciéndalos periódicamente a máxima potencia. La ópera no es entretenimiento, sino arte. Y es impensable el arte sin sufrimiento y superación. Deja que la audiencia sufra.
La música en la ópera es una desafortunada reliquia del pasado. No seas esclavo de estas personas limitadas: un compositor o un director. El compositor, muy probablemente, ya haya muerto, y si no, seguramente se sumará con mucho gusto a tu búsqueda. Y es poco probable que el conductor pueda influir en algo.
Si el solista se queda quieto y canta bien, esto indica una falla obvia en el director. Mantenlo ocupado. Deje que, nuevamente, ande en bicicleta, suba corriendo las escaleras, haga flexiones en el simulador mientras canta, en casos extremos, haga que los figurantes lo mantengan boca abajo, sacudiéndolo periódicamente.
Si, a pesar de todo esto, el solista obstinadamente continúa cantando bien, selle la boca con cinta adhesiva, déjelo murmurar: esto es un movimiento. Al final, el público escuchará el aria en casa en el disco, no es para eso que vino aquí.
Esto también se aplica a los cantantes, pero con ellos es más fácil: cualquier sonido de la solista debe conducir al acoso sexual de su heroína por parte de un personaje arbitrario que se encuentra en el escenario en ese momento. Es mejor si hay varios de esos personajes.
Por cierto, una buena solución sería cambiar las fiestas de los intérpretes. Deje que algunos hombres canten las partes de las mujeres y viceversa. Esto no solo dará frescura al lado musical de la actuación, sino que también abrirá grandes oportunidades en términos de trabajo en la trama. En este caso, Somalia, los disfraces y la violencia parecerán automáticamente mucho más ventajosos.
Si, después de todas estas medidas, la producción fracasó, al menos su conciencia puede estar absolutamente tranquila: solo se debe culpar al compositor.