CARMEN
Opéra-comique en cuatro actos
sobre libreto de Henri Meilhac y Ludovic Halévy
Música de Georges Bizet
Bregenzer Festspiele 2018 – Función 2 de Julio
Elenco:
Carmen Annalisa Stroppa
Don José Martín Muehle
Escamillo Andrew Foster-Williams
Micaela Mojca Bitenc
Frasquita Cornelie Isenburger
Mercedes Judita Nagyova
Zuniga Yasushi Hirano
Moralès Rafael Fingerlos
El Remendado István Horváth
El Dancaire Adrian Clarke
Wiener Symphoniker
Bregenzer Festspielchor, Prager Philharmonischer Chor,
Kinderchor der Musikmittelschule Bregenz-Stadt
Director de Jordan de Souza
Maestro de los coros Lukáš Vasilek , Benjamin falta ,
Wolfgang Schwendinger
Regie Kasper Holten
Escenografía Es Devlin
Vestuario Anja Vang Kragh
Iluminación Bruno poeta
Coreografía Signe Fabricius
Diseñador de sonido Gernot Gögele , Alwin Bösch
El agua es el elemento determinante del Festival de Bregenz (Austria). Su monumental escenario sobre el lago de Constanza marca todas sus puestas en escena. Para asistir a una representación en este Festival hay que saber que lo que se ofrece no es ópera en estado puro. Es un gran espectáculo en el más amplio sentido del entretenimiento, con su propia dinámica. La orquesta y el coro no se ven porque están en el teatro cerrado que hay detrás. El sonido está amplificado de forma muy sofisticada y la ópera se representa con reducciones y sin descanso. Tratándose de ‘Carmen’, la de Bregenz está en las antípodas de la de cualquier Teatro.
Kasper Holten, director de ópera de la Royal Opera House Covent Garden de Londres, centra su puesta en escena para la célebre ópera de Georges Bizet en el destino. Son las cartas las que marcan la vida de la cigarrera. Para ello, junto a la escenógrafa Es Devlin, presenta un decorado encuadrado por las manos de la protagonista que sostienen unas cartas gigantes. Algunas de ellas han caído formando las distintas plataformas sobre las que se desarrolla la acción.
El detalle de este decorado es afinadísimo. Carmen lleva las uñas pintadas de rojo, pero su esmalte aparece gastado en las puntas. En un brazo tiene una cicatriz y en el otro, una rosa tatuada. En una de las manos lleva un anillo. Con la otra sostiene un cigarrillo casi consumido cuya ceniza se alumbra y humea durante toda la representación.
El director escénico hace un aprovechamiento integral del agua. Cuando las cigarreras salen de la fábrica de tabacos para descansar lo hacen con un cubo que llenan de agua para refrescarse. Carmen escapa lanzándose al lago. Para el baile en la taberna de Lillas Pastia, la parte anterior del escenario desciende ligeramente sumergiendo las piernas de los bailarines que danzan con el agua en un juego aceleradísimo. Los contrabandistas llegan en lanchas. Una lluvia artificial borra las cartas a medida que Carmen se acerca a su destino fatal. Y, como era previsible, Don José no acuchilla a la cigarrera. La ahoga.
Como director de la Sinfónica de Viena, el joven Jordan de Souza tuvo una dirección brillante, a tempo, multifacético y lleno de colorido. En esta versión existen hábiles recortes (casi todos los diálogos, una fracción del conjunto de coros y Morceau «Quant au douanier, c’est notre affaire!»), lo cual da una lectura dinámica como ágil.
Annalisa Stroppa es una Carmen apasionada, felina en los movimientos, poseedora de una voz oscura en el registro medio, luminosa en el agudo, da vida a un protagonista fresco y ágil, de actuación impecable, nunca vulgar y libre de realismos absurdo.; su único problema fue su dicción francesa.
Martin Muehle , distinguido por un fraseo significativo , encarnó un vigoroso Don José, vocalmente fuerte como homogéneo, sus notas altas demostraron tener mucho cuerpo y casi siempre con un fiato muy bien utilizado. Cristalina fue la Micaéla de Mojca Bitenc, notable por su refinada musicalidad, lo cual demostró en particular, ¡en el dúo “Parle-moi de ma mère!» y en el aria «Je dis que mien ne m’épouvante». Escamillo, lo interpreto el bajo-barítono Andrew Foster-Williams , con un tono claro y bien definido, con suavidad en su emisión.
La Frasquita de Cornelie Isenbürger ; Zúñiga de Yasushi Hirano y el Remendado de István Horváth fueron perfectos ; como asimismo Judita Nagyova (Mercédès), Rafael Fingerlos (Moralès) y Adrian Clarke (Le Dancaïre). Las intervenciones corales de Bregenzer Festspielchor y Prager Philharmonischer Chor, dirigidas por Lukáš Vasilek yBenjamin Lack , y el Kinderchor der Musikmittelschule Bregenz-Stadt, dirigido por Wolfgang Schwendinger, fue ideal.
Una noche de verano a la orilla del Lago de Costanza con luna sobre el mismo y con la música de Bizet, dio como dice la vieja canción, ‘that’s entertainment’.