Carmen de G Bizet
Juventus lyrica
Teatro Avenida (CABA)
Elenco
Carmen Rocío Arbizu
Don José Marcelo Gómez
Micaela Carolina Gómez
Escamillo Juan Salvador Trupia
Frasquita Virginia Lucero Guevara Mercedes Estefanía Cap
Zúñiga Walter Schwarz Dancairo Gabriel Vacas
Remendado Lautaro Chaparro Morales Marcelo Reynes
Lillas Pastia Manuel Brenerl Guía Manuel Brener
Picador y gitano Giorgio Zamboni
Bailaor Vico Zapata
Dirección musical: Hernán Sánchez Arteaga
Dirección escénica: Ana D Ana, María Jaunarena
Función: viernes 14 de octubre de 2022
Las noches de estreno son fascinantes, cuando uno tiene la suerte de ver la misma producción en varias oportunidades puede advertir los cambios y ajustes de la puesta, y hasta a veces a el aburrimiento o el exceso de confianza del elenco a medida que pasan las funciones, pero definitivamente estas nunca son iguales.
Para esta compañía joven, y no tan joven de Juventus Lyrica las emociones tras pasaban los límites del escenario y llegaban hasta el último rincón de la sala. Ya vendrán los pequeños ajustes rítmicos y de escena. Carmen es una ópera de largo tranco, hay que mantener la tensión y la expectativa en un título tan conocido y querido por el público.
Así pues, con una puesta austera y buena calidad vocal, tanto de los solistas como del coro, Carmen funcionó. Se veía y se escuchaba como en la partitura o en alguna versión antológica, que no es poca cosa hoy día.
Hernán Sánchez Arteaga de peculiar gestica orquestal, llevó la ópera a tempo, mantuvo ordenada la dinámica de los conjuntos; empero abusó un tanto de los pianos súbitos, esto pareció más un alarde para demostrar lo bien que manejan las dinámicas y lo obedientes del elenco al director que una exigencia propia de la arquitectura orquestal.
La iluminación podría haber ayudado a la puesta. En las proyecciones sobre el mismo fondo en todos los actos no llegó a apreciarse la riqueza del color local, en un título que pide necesariamente variedad en la escena. Así la puesta fue insulsa, monocromática con un vestuario muy desparejo, tanto que la entrada de Escamillo (Salvador Trupia) parecía extraído de otra puesta. En algún modo la concepción de la dirección escénica complicó a los coros (de mayores y niños) cuya preocupación para cumplir con el cuadro primó sobre el desempeño vocal. El bailaor Vico Zapata aportó el necesario sabor flamenco requerido en la ambientación; un lujo verlo en escena, el publico que llenó la sala lo premió con un cálido aplauso: “ahora si es Carmen”, parecía escucharse.
Rocío Arbizu es, en los papeles, una Carmen ideal, buena voz, un fisic du rol pintado, aunque no se la vio suelta, se nota cuando una Carmen lo lleva en la sangre, sensualidad y seducción a flor de piel. En este caso, el estreno tal vez, demasiado atenta a las entradas y la partitura: Por otra parte, hay que cuidar las marcas: cuando una cantante no es conocedora del baile flamenco, se corre el riesgo de caer muy fácil en otros estilos danzables no tan estéticos.

Fotos gentileza : Liliana Morsia (Juventus Lyrica)
Marcelo Gómez es un tenor experimentado con una voz que no entra en la sala del teatro, pero por momentos pareció que no se acordaba los parlamentos, pueden ser los nervios del estreno o la marca escénica. Como digo, hay que ver que pasa en las próximas funciones.
Carolina Gómez fascinó al público con un timbre aterciopelado, con agudos cómodos y muy suelta escénicamente, Micaela es un rol ideal para lucirse como soprano.
Virginia Lucero Guevara como Frasquita fue excelente, simpática tanto como su personaje exige y vocalmente segura impactó con los agudos en los conjuntos y escenas. Es seguramente el futuro de la compañía y de muchas producciones más, demostrando la importancia de agrupaciones líricas que permitan a los cantantes dar los primeros pasos como solistas en grandes títulos.
Juan Salvador Trupia, otro experimentado del elenco, cómodo en el rol, no me fascinó tanto vocalmente; pero claro, hay noches y noches.
El Teatro Avenida prende sus luces para convocar a todo el público a disfrutar de uno de los títulos más queridos: pasión, muerte y el mejor primer acto de la historia de la ópera. Un imperdible este octubre en Buenos Aires.