Borges y yo: recuerdos de un amigo futuro. Autora y directora: Hanna Schygulla. (sobre textos de Jorge Luis Borges en versión de Schygulla y Andrea Bonelli). Intérpretes: Andrea Bonelli, Shino Ohnaga (piano), Cristina Titi Chiappero (cello). Diseño y programación de sonido y video: Iván Grigoriev. Dirección musical: Julián Vat. Iluminación. Eli Sirlin. Escenografía: Oria Puppo. Vestuario: Jean Paul Gautier. Colaboración artística: Melisa Hermida. Música original y arreglos: Peter Ludwig
Sala: Cunil Cabanellas (Teatro San Martín, Corrientes 1530)
El escenario se convierte en un universo poético donde se entrelazan canciones, música, videos y relatos autobiográficos, dando vida a seis breves cuentos de Jorge Luis Borges. Bajo la dirección magistral de la célebre actriz Hanna Schygulla, el espectáculo ofrece una experiencia fascinante y cautivadora.
La narrativa se teje a través de la interpretación de seis tangos emblemáticos, fusionando la esencia de la música popular argentina con la profundidad de los textos borgeanos. «Alguien le dice al tango,» «Uno,» «Volver,» «La última curda,» «El día que me quieras,» y «El choclo» se entrelazan con tres temas instrumentales del músico alemán Peter Ludwig: «Tango Nuevo,» «Lisboa,» y «Tango E.»
El trío de talentosos artistas, Shino Ohnaga al piano, Cristina Titi Chiappero en el cello, y la versátil Andrea Bonelli como actriz, cantante y narradora, entregan una actuación que va más allá de lo convencional. La escena se completa con pantallas multifuncionales que despliegan videos, siluetas y sombras, sirviendo como escenografía dinámica y creativa.
La iluminación, meticulosamente diseñada, junto con los videos, crea dos espacios distintos que complementan los climas sugeridos por la música y los textos. La elección de tres sillas de diferentes épocas y orígenes para completar el espacio confiere a la escenografía una simplicidad funcional y sugestiva.
La caracterización visual de los artistas refleja una cuidada atención a los detalles. Los músicos, bañados en tonos cálidos, con instrumentos de madera y vestuario terroso, contrastan con la narradora y cantante, vestida en tonos fríos y con tintes metálicos, evocando una sofisticación citadina.
El título del espectáculo, «Borges y yo,» se convierte en un juego de espejos en el que Borges y el yo se entrelazan en una danza poética. Los tangos, anclados en una época donde Buenos Aires aspiraba a emular a París, adquieren una nueva dimensión en la ciudad que vio nacer este extraordinario montaje.
Este desafío escénico, encarnar los textos de Borges sin opacarlos, se enfrenta con éxito gracias al talento y la dedicación excepcionales de los intérpretes. El espectáculo logra un equilibrio sorprendente, donde cada pieza, ya sea canción, música o texto, se fusiona para crear una obra maestra homogénea y sólida.
En resumen, el espectáculo no solo rinde homenaje a la genialidad de Borges y la riqueza del tango, sino que también ofrece una experiencia teatral única que trasciende las barreras del tiempo y la geografía. Una propuesta artística que merece ser aplaudida por su capacidad de encarnar la esencia de Borges sin perder su propia identidad poética.