ADINA, Torta Nupcial y Ópera en Pesaro, el Postre Rossiniano Más Divertido (con video de la función)

DVD new – Pesaro,Teatro Rossini. Rossini Opera Festival 2018.  Lisette Oropesa (Adina), Levy Sekgapane (Selimo), Vito Priante (Califo), Matteo Macchioni (Alì), Davide GianGregorio (Mustafà) Orquesta Filarmónica Gioachino Rossini. Dirección musical: Diego Matheuz. Dirección de escena: Rosetta Cucchi. Nuestra calificación: Muy Bueno

«Adina», la ópera menos conocida y más rocambolesca de Rossini, ha vuelto a la vida en el Festival de Pesaro, y vaya que ha sido una experiencia tan intrigante como divertida. Celebrando sus 200 años, esta obra ofrece una historia tan peculiar como un unicornio en un supermercado. Imagina que te pidan una ópera para lucir a una amiga «primadonna», terminada en 1818, pero que no se estrena hasta 1826 en Lisboa y, para mayor sorpresa, no llega a Italia hasta 1963. ¡Qué paciencia!

Fabrizio della Seta, autor de la edición crítica, nos ilumina en el libreto-programa del presente DVD que «Adina» contiene nueve números musicales de varias fuentes: tres compuestos ex novo por Rossini, dos por un colaborador secreto y cuatro fragmentos autoprestados de la ópera «Sigismondo». Sí, Rossini se hizo un «corta y pega» antes de que fuera cool. A pesar de tantas manos en la masa, logró una unidad estilística que ni una receta de lasaña italiana.

El montaje de Rosetta Cucchi nos transporta a un cuento de hadas con una escenografía diseñada por Tiziano Santi: una enorme torta de casamiento llena de color, tan deliciosa que casi se puede «oler el fondant». Adina vive en esta torta mágica, con personajes de cuento entrando y saliendo como si fuese la versión operística de «Alicia en el País de las Maravillas». Desde el primer momento, sabemos que Adina, bonita y encantadora, terminará feliz, y ni por un segundo pensamos que la tragedia pueda estropear la fiesta. Aunque el enamorado Califo resulta ser su padre, ¡ups!

Lisette Oropesa, en el papel de Adina, conquista con su tono ingenuo, naíf e infantil. Parece sacada directamente de un libro de cuentos, y el espectador se enamora de ella al instante. Además, vocalmente siempre sensible y refinada, brilla en las dos escenas «Fragolette fortunate» y «Dove sono? Ancor respiro?», donde demuestra su habilidad para los giros virtuosos que harían sonrojar a un saltimbanqui.

El tenor sudafricano Levy Sekgapane, suena tan impresionante como una lista de la compra gourmet, deslumbra con sus agudos y sobreagudos, especialmente en su aria «Giusto Ciel, che i dubbi miei» y en el gran Cuarteto, el momento cumbre de la partitura. En cambio, el Califo de Vito Priante, un poco más plano en lo vocal, se redime con su actuación, participando activamente en la divertida puesta en escena. Matteo Macchioni y Davide GianGregorio también cumplen adecuadamente sus roles, aportando su granito de arena a este festín musical.

La dirección musical del venezolano Diego Matheuz, siempre solvente y bien planteada, asegura que la ópera mantenga el pulso y la teatralidad adecuada, colaborando de manera excelente con los cantantes. En resumen, esta nueva puesta en escena de «Adina» en el Festival de Pesaro ha sido un deleite que nos deja como espectadores con una sonrisa y el deseo de más óperas servidas con tanta creatividad y humor. ¡Bravo, Rossini! ¡Y bravo, Pesaro!