Disney ha vuelto a demostrar por qué es el referente absoluto del entretenimiento familiar con su nuevo espectáculo navideño, estrenado en Argentina, que marca un antes y un después en la producción escénica de la región. Este show, que desborda jerarquía, tecnología y calidad artística, ofrece una celebración de la Navidad que sobrepasa todas las expectativas y redefine los estándares de los espectáculos en vivo.
Con un escenario que se presenta como el más grande realizado para un espectáculo en Latinoamérica, la producción de Disney impresiona desde el primer momento. Su diseño alargado y envolvente incluye una zona VIP en forma de círculo central, que brinda a los espectadores una experiencia inmersiva única. A esto se suma una monumental pantalla en 10K, con una resolución y tamaño que desafían los límites tecnológicos, convirtiéndose en un protagonista esencial del show. La pantalla no solo acompaña a los intérpretes, sino que sumerge al público en un viaje visual inolvidable, rivalizando con los mejores espectáculos internacionales.


La magia de Disney cobra vida con un elenco deslumbrante: personajes icónicos, dos orquestas, bailarines, coros y la presencia de artistas invitados como Soledad Pastorutti y Ángela Torres. La conducción de Topa y Laurita Fernández agrega calidez y humor, manteniendo al público conectado en todo momento. Desde el inicio, con “Un amigo fiel” de Aladdin, hasta el clímax con “Libre soy” de Frozen, cada número está cuidadosamente diseñado para emocionar y sorprender.
Momentos destacados incluyen el segmento de Encanto, con su vibrante “No se habla de Bruno”, y la aparición de La Sirenita, con Angela Torres interpretando el clásico “Parte de él”. Los efectos especiales llevan la experiencia a otro nivel: nieve en Frozen, burbujas en La Sirenita y un despliegue de fuegos artificiales en el cierre con el encendido del Árbol de Navidad, que representa el deseo principal de Mickey y de toda la audiencia.

El espectáculo no solo celebra la magia del cine de Disney, con homenajes a La Bella y la Bestia, Enredados, Moana y El Rey León, sino que también conecta emocionalmente con los sueños y deseos del público, simbolizados por un Centro de Distribución de Deseos que forma parte de la narrativa.
En definitiva, este espectáculo es un festín para los sentidos, una combinación perfecta de arte, tecnología y emoción que quedará grabada en la memoria de quienes lo vivieron. Disney ha logrado, una vez más, que la magia sea real y que cada aplauso sea un eco de gratitud por un show que es, sin dudas, el nuevo referente del entretenimiento familiar.

