Josep Pons, director musical del Liceu, presentó una versión de Turandot muy cuidada y vitalista, especialmente en cuanto a los instrumentos de percusión que resonaron con ímpetu -especialmente el campanólogo y los gongs- en esta excelente partitura orientalista de Giacomo Puccini.
Un aniversario que propone el estreno de una nueva producción muy diferente a la de Núria Espert, de gran éxito aquella que jugaba con una espectacular producción tradicional, frente a la actual y futurista del videoartista catalán Franc Aleu en su primera incursión como director de escena, ya que hasta ahora sólo había complementado producciones de algunos miembros de La Fura dels Baus.
Aleu propone una base escénica corpórea formada por una plataforma rotatoria con una pirámide y dos semicírculos en forma de gradas que se mueven con facilidad y que permiten que los personajes y el pueblo puedan moverse, tanto por el exterior como sobre ellas. Pero todo ello lo sumerge y envuelve mediante proyecciones en un mundo virtual en el que se desarrolla la trama de esta fábula sobre la familia imperial china. Un verdadero GRAN HERMANO CON UNA TURANDOT QUE SALE DEL ARMARIO…
Lise Lindstrom, acreditada Turandot en el Metropolitan y otros centros líricos tuvo una atractiva presencia escénica y un indudable dominio de los comprometidos agudos que salpican su parte, la soprano norteamericana no no existió– y tanto su dicción como su fraseo hubieran podido ser más relevantes. Fue, ello no obstante, aplaudida con fuerza por la mayor parte del público en los saludos finales.
El Calaf de Gregory Kunde, fue de un sonido exultante y un canto de maestro, con todos los flujos y reflujos del fraseador nato. Una voz que se respeta por su historia, pero que al hoy denota envejecimiento y esfuerzo en la ..
Anita Hartig tiene una voz con cuerpo y variedad de colores. Siendo aclamada en la cortina final . Ante Jerkunica, sin poder exhibir un volumen avasallador, fue un Timur de lujo por la limpidez de del discurso vocal.
Una anécdota: en esta representación hubo protestas –muy aisladas, sí, pero no por ello menos sonoras–el publico no acepto de forma tradicional la nueva producción que juega con la historia China tradicional. Uno encontró una juego de pin ball sobre el escenario, remarco con una Turandot enamorada de Liú ,siendo el delirio escénico una excusa para el festejo de los 20 año de reinaugurado el Liceu de Barcelona.