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TEATRO:»TODO SALDRÁ BIEN (1) FIN DE LUIS de JOEL POMMERAT , un HECHO HISTORICO, que TRANSFORMA A LA PLATEA EN DEBATE DE LA ASAMBLEA NACIONAL FRANCESA…

LECTURA RECOMENDADA

TODO SALDRÁ BIEN (1) FIN DE LUIS
(ÇA IRA (1) FIN DE LOUIS)

UNA CREACIÓN TEATRAL DE JOËL POMMERAT
COMPAGNIE LOUIS BROUILLARD (FRANCIA)

Elenco
Saadia Bentaïeb
Agnès Berthon,
Yannick Choirat
Eric Feldman
Philippe Frécon
Yvain Juillard
Anthony Moreau
Ruth Olaizola,
Gérard Potier
Anne Rotger
David Sighicelli
Maxime Tshibangu,
Simon Verjans
Bogdan Zamfir

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Escenografía y luces Eric Soyer
Vestuario y referencias visuales Isabelle Deffin
Sonido François Leymarie
Investigación musical Gilles Rico
Investigación sonora y espacial Grégoire Leymarie,
Manuel Poletti (MusicUnit/Ircam)
Dramaturgia Marion Boudier
Colaboración artística Marie Piemontese, Philippe Carbonneaux
Asesoría en historia Guillaume Mazeau
Asistencia en dramaturgia y archivo Guillaume Lambert
Asistencia de Fuerzas Vivas David Charier, Lucia Trotta
Asistencia de escenario Lucía Trotta
Dirección técnica Emmanuel Abate
Realización escenográfica Ateliers de Nanterre-Amandiers
Realización de utilería Thomas Ramon (Artom Atelier)
Iluminación Julien Chatenet
Sonido Philippe Perrin
Escenario Mathieu Mironnet, Pierre-Yves Le Borgne,
Ludovic Velon
Vestidoras Claire Lezer, Lise Crétiaux
Eléctrico Laurent Berger

Producción Compagnie Louis Brouillard

Coordinación de producción (CTBA) Natalia Uccello

Despertar el ciudadano en nosotros. Esto es lo que propone la creación de Joël Pommerat, que se presenta en la Temporada Internacional del Complejo Teatral de Buenos Aires 2017 el cual es un verdadero espectáculo maratónico en extensión (cuatro horas veinte). Dirigido por catorce actores tanto en el escenario y en la platea … El escritor y director ha puesto en escena el discurso político en ebullición en el 1789, el cual muestra los violentos enfrentamientos que dieron origen a nuestra democracia. Pommerat se centra en los “anti héroes” sus ideas o mejor dicho en todas las ideas. Si el Rey y la Reina pueden ser fácilmente asociados con Luis XVI y Marie Antoinette, los otros personajes fuertes en este momento histórico sólo son identificables por las ideas que encarnan: son las ideas, palabras que le permite a Pommerat ver a través de estos enfrentamientos. ¿Cuáles palabras serían las que representan la Revolución hoy? Pommerat nos invita a una experiencia política como teatral, individual como colectiva, para llevarnos a repensar y volver a cargar este episodio de la sociedad moderna y llevarlo a la percepción más universal del hecho en sí.

Ya desde su título en su idioma original “CA IRA (1) FIN DE LOUIS” (que lamentablemente en traducción al español pierde la connotación de su significado TODO SALDRA BIEN (1) FIN DE LUIS), evita mencionar el nombre “Revolución” y no muestra fecha alguna en su transcurso. Sólo “Fin de Luis” sugiere implícitamente al final de un rey, Luis XVI, sino más ampliamente el final de la monarquía y hasta el final d un legado. Ca ira, en su original, nos retrotrae en referencia a la famosa canción Ladre (1790) con motivo de la primera celebración del 14 de Julio, llamada la “Fiesta de la Federación” en donde Ca Ira, será el estribillo “Ah pasará, pasará, pasará…”

La obra comenzaría en la crisis financiera de 1787, con la añadidura del endeudamiento del Estado que lo lleva al borde de la quiebra. Aparecerán diversas figuras de la historia que se reconocerán por sus ideas y que están tapadas en otros personajes; Robespierre, Marat y Desmoulins son una Señora Lefranc, tajantemente radical, la cual utilizara un lenguaje no muy S. XVIII sino más cercano a nuestros días. En la sala se sentirá la presencia masiva de actores y de extras en corbatas y trajes sastre de hoy en día, lo que resulta una concepción unitaria del espacio teatral. La cuarta pared desaparece, los espectadores no son más que diputados convocados a la Asamblea Nacional. La “inmersión” es muy eficaz, de ahí la reacción sorpresiva en todo momento del público. Al sacar los nombres tradicionales históricos y transformar a los personajes como emisores de las palabras que serán los enfrentamientos en la sala fuera del escenario tradicional, se transforma todo en “Realista”, “Radical”, “Ultra” o “Conservadora”, todos expresan un pensamiento al que todo el mundo puede ser receptivo. Sale del Parlamento, para hacer ver que las personas se juntan en reuniones para plantear la tensión de sus preocupaciones, el hambre, “los oprimidos”, especuladores, como la demanda de una DEMOCRACIA PARTICIPATIVA que se enfrenta muy rápidamente a la lógica representativa. La gente está hambrienta y los funcionarios electos están trabajando en la Declaración de los Derechos Humanos, situación que devuelve, la nueva clase política «corte» de las personas. Los problemas no podrían ser más actual. La representación política como una figura de la representación teatral. ¿O al revés?

Hacia el final de la obra el sonido de las protestas populares en las calles de París con el tiempo cubre poco a poco los diálogos de los personajes como para enfatizar que sus funciones ya están abrumadas, que la historia se construye en otro lugar sin ellos. La figura del rey no es el menos interesante, Luis es terriblemente humano, Pommerat sugiere que las figuras históricas son tanto actores como sujetos de un proceso. Los catorce actores llevan a cabo el talento de la invitación hecha a ellos por el director de improvisar en el margen de su texto todas las noches. El ida y vuelta entre la escritura, la improvisación, la reescritura y nuevas improvisaciones son permanentes. Estos son, obviamente, las impresiones de la vida cotidiana vivida por los actores, sino los mismos textos fueron también reescritos en una sintaxis moderna, la unidad y la fuerza sobre sólo son los más llamativos. Porque es de esto que es una descarga eléctrica al espectador deslumbrado por la inteligencia de la serie.

El público se convierte en parte de los Estados Generales, la futura Asamblea Nacional, de cara al debate, los enfrentamientos políticos, la lucha de clases, durante mas cuatro horas. Cerca de ellos en escena y sala, diputados aplauden, se enfrentan a la libertad, la igualdad, o al aire irrespirable en París … En el exterior, los rugidos de la multitud y el ruido de las armas. El público participa, como en vivo, el nacimiento hirviente de nuestra democracia. Y las preguntas de ayer son siempre de actualidad: ¿Cómo se debe ejercer el poder? ¿Cómo construir una sociedad más justa? ¿Cómo vivir juntos?

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