“LA MUSICA” de Marguerite Duras
Sala 2 del Teatro La Comedia
Rodríguez Peña 1062, CABA
Protagonistas: Debora Longobardi y Ulises Puiggros
Dirección: Graciela Pereyra
Coach de actores: Lili Popovich
Voz ella/Julia Eva Saggini
Voz é/Javier De Nevares
Voz Vieja Patrona/Gabriela Arata
Asistencia: Gabriela Arata
Escenografía: Fernanda Diaz
Iluminación: Gonzalo Calcagno
Vestuario: Paula Molina
Música original: Germán Lozano
Traducción: Jaime Arrambide y Mirta Rosemberg
En el Teatro La Comedia disfrutamos de esta justa mezcla de dialogo y música. El texto bien podría ser un dúo de ópera, una deliciosa ópera francesa, con pequeñas arias, presentación de frases musicales que van in crescendo hasta un sutil clímax, para luego diluirse suavemente, con una cadencia rota. En ocasiones, algo nos sorprende de la trama pero la resolución es inevitable en el correr del texto.
Claro, Marguerite Duras (1914-1996) expresa con genialidad el drama humano del amor y la ruptura, de lo que se perdió, del vacío tras la separación y las no sutiles diferencias entre la visión masculina y femenina, esta última con visos de posicionamiento de género (“para la mujer es más doloroso ser infiel….”).
La dirección teatral de Graciela Pereyra se concentra en la creación de estos personajes, tan difícil por la cercanía. Es imposible no sentirse proyectado, evitar la catarsis, quien no se ve entre los pliegues del texto? La directora ha tomado la sala misma (al bellísimo espacio de la Sala 2 del Teatro La Comedia, con sus maderas, ebanistería y detalles de bronce) como locus del drama. El eventual público, dentro de la cuarta pared, se transforma en un ocasional voyeur, silencioso y fantasmal. Hasta el piano, abierto pero callado, nos hace buscar la fuente de “la música”.
Es así que Ulises Puiggros se conmueve sinceramente con su personificación de Michael, lo que enriquece la experiencia teatral, sumado a la intimidad del lugar la “inocente” performance conmueve.
Debora Longobardi es la contrapartida que equilibra la ecuación. Por momentos fría, distante y luego decidida, mantiene el tono vocal de una mezzosoprano y lo sostiene durante toda la actuación.
La iluminación ligera sumada al prolijo vestuario, completa la experiencia.
«LA MUSICA» , una obra recomendable ,una pareja o un duo con cadencia rota, para reflexionar sobre las relaciones, el rol de la mujer y los vaivenes de la vida misma.
