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SALOMÉ (R. Strauss)- LA SUBLIMACIÓN DE LA TRAGEDIA, EN ANTOLÓGICA VERSIÓN…

LECTURA RECOMENDADA

Festival de Salzburgo 2018 Por Sergio Sosa Battaglia (cobertura internacional)

Salomé

Música: Richard Strauss

Drama musical en un acto (1905)
Libreto del compositor, basado en la obra de Oscar Wilde Salomé (1893) ,traducción alemana de Hedwig Lachmann

Nueva producción

Festival de Salzburgo 2018 – Función 1 de Julio

Franz Welser-Möst : director de orquesta
Romeo Castellucci : dirección, decorados, vestuario e iluminación
Cindy Van Acker: coreografía / Silvia Costa: colaboradora artística
Piersandra Di Matteo : dramaturgia

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Elenco

John Daszak , Herodes
Anna Maria Chiuri , Herodías
Asmik Grigorian , Salome
Gábor Bretz , Jochanaan
Julian Prégardien , Narraboth
Avery Amereau , Una Página de Herodias / Matthäus Schmidlechner , Primer Judío
Mathias Frey , Segundo Judío / Patrick Vogel , Tercer Judío
Jörg Schneider , Cuarto Judío / Esclavo / David Steffens , Quinto Judio
Tilmann Rönnebeck , Primer Nazareno / Paweł Trojak * ,Segundo Nazareno
Neven Crnić * , Capadocia / Henning von Schulman , Primer Soldado
Dashon Burton , Segundo Soldado

Vienna Philharmonic

La monumental Felsenreitschule (escuela de equitación) sirvió de marco para la nueva producción de SALOME de Richard Strauss, presentada en el Festival de Salzburgo 2018 durante la noche de hoy.

Sus altos pisos con arcadas esta vez se encuentran tapados, en su escenario se vislumbra la opresión del deseo. Te Saxa Loquuntur» (las piedras hablan de ti) es la inscripción omnipresente que se lee en su pared monumental, una luna negra ira invadiendo la escena de apoco en la regie creada estupendamente por ROMEO CASTELLUCCI. El genial director dió a cada pasaje de texto, un juego de imágenes surrealistas atrapantes. La sociedad masculina está pintada de rojo hasta la punta de la nariz, cuando aparece el profeta Jochanaan diciendo: «¿Dónde está ella, (Salomé) que estaba parada ante imágenes de hombres de vivos colores»? El color rojo de la sociedad masculina de Herodes es el único medidor de sangre en esta pieza sedienta de dicho elemento. El poder vocal de la representación amplió aún más la sensación de erosión y de alerta: su falta de firmeza cuando toda la corte está en crisis no muestra más que la llegada de alguien que quiere cambiar el mundo. Herodías es la única mujer con maquillaje verde musgo, mientras que su hija Salomé llena la escena con una belleza deslumbrante en blanco en su inocencia total sin adornos. Ella es increíblemente buena: canta ASMIK GRIGORIAN, quien encarna a Salomé. Una soprano lituana brillante que eclipsa todos los excesos orquestales de Strauss. En el piano, su voz tiene una ligereza seductora. Para luego exigir la cabeza de Jochanaan en el registro más bajo, lo cual se resume en un calificativo absoluto: impactante.

Cada movimiento casi siempre se refleja en gesto justo, porque esta chica mágica que vive sin amor no puede distinguir el bien del mal. Salomé está a la merced del crecimiento de su cuerpo en su inocencia impotente, sus recuerdos en el charco de leche que se ve en un momento de la acción retrotraen a la negación materna. Esasera es un oscuro pájaro de juventud, obsesionado en el devenir del deseo.

Su expresión al exigir con su dedo anular levantado «Quiero la cabeza de Jochanaan”, fue absolutamente avasallante como sublime. Su oscuro objeto del deseo es asumido en esta propuesta por Grigorian de forma rotunda en un crescendo escénico que da por fin en este Festival el alto grado de compromiso en hacer una Salome de antología.

La escena del beso perverso de Salomé a la cabeza cortada de Jochanaan, será un símbolo en esta escenificación ya que no se ve la cabeza cortada sino el cuerpo con su torso sin ella decapitado. Salomé besa el aire, el objeto de su deseo está ausente. Y, sin embargo, uno ve la cabeza inexistente que ella fantasea, y la audiencia con ella: en verdad un truco increíble. La propuesta de Castellucci es estético y misterioso, pervertido y discreto, desconcertante y sensual. Una especie de cine mental del deseo que combina virtuosamente con lo visible y lo invisible, sueños y símbolos suspendidos.

Está claro que la Salomé atrae a todos y a todo, pero nunca ha sido tan única. JOHN DASZAK encanta en su Herodes neurótico, presentando una voz de excelencia con la cual juega en su colorido amplio mientras difumina su color rojo sangre en su rostro molesto.

Simplemente superior, de hecho, excepcional, es el debut en Salzburgo de ANNA MARIA CHIURI como Herodías. Ella jugó el poder cantando con una perfecta claridad textual alemana remarcando en sus acentos silábicos típicos esta difícil partitura de Strauss. Muy bien planteado dramáticamente fue el Lokanaan de GABOR BRETZ y un sensible tenor lírico JULIAN PREGARDIEN como Narraboth.

El Dtor. FRANZ WELSER- MÖST ante la Filarmónica de Viena enalteció a esta Salomé con su magia milagrosa en armonía constante con la puesta en escena de esta espiral de muerte musical genuinamente maravilloso en coloridos. Sus legendario instrumentos de viento de madera, el contrafagot, y los trémolos de los contrabajos estuvieron en la cima de la expresividad.

Una noche que bien mereció el aplauso y el desear poder volver a ver esta versión, que muy difícilmente se repita en calidad en otra parte del mundo.

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