miércoles, 5 de noviembre de 2025
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REVISTA MUSICAL/ZARZUELA: «LA CORTE DEL FARAÓN», de LLwo …AHí vá, Ahí va…. Teatro Municipal Coliseo Podesta

LECTURA RECOMENDADA

La Corte de Faraón, de Vicente Lleó

Zarzuela en el Coliseo Podesta de La Plata

“Y qué bellos suenan tus acordes orquesta,

En la antigua sala de teatro…”

Para los amigos y vecinos del Coliseo Podestá disfrutar de una orquesta en vivo es francamente inspirador. La acústica ideal de la sala se embellece con los instrumentos y producción total del Teatro Argentino de La Plata.

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Pese a todos los contratiempos, problemas políticos y salariales, controversias y palos en la rueda, esta esforzada producción llegó por fin a la sala platense.

Es una lástima que la agenda apretada del Coliseo haya permitido solamente dos únicas funciones, miércoles y jueves 29 y 30 de marzo.

La zarzuela es un género inaccesible a las nuevas generaciones. Los que disfrutamos de la opera y la opereta, de oído algo lo conocemos.

Gracias a la dirección escénica deCarlos Iaquinta y a la flexibilidad del texto que él mismo adaptó, agregando localismos, giros graciosos actuales y personajes de color, la obra adquiere cierta frescura; pero, convengamos, que es un estilo particular para cierta edad y selectivos gustos. – Hace poco disfrutábamos de una obra de teatro con fuerte impronta religiosa, el protagonista le pregunta al público un detalle de la Biblia, por ejemplo, se acuerdan de la Torre de Babel?……silencio en la sala.-

Ya pocas personas leen o estudian el mayor best deller de la historia, pero que en su época Vicente Lleó supo utilizar y capitalizar para atraer al gran público y crear controversias, usando el humor como crítica social y política.

El marco creado por la escenografía y las luces (a cargo de Raúl Bongiorno) a pesar de estar lleno de anacronismos (innecesarias alguna gigantografías explicando los gags) nos retrotrajo al esplendor de la corte egipcia. El lujoso vestuario (Fernando Ferrigno) respetó las reglas de la tradición del género (aunque bordeando la revista entre mallas y tocados de plumas) logrando que los cantantes por talento y sus buenos portes lucieran majestuosos en el escenario.

Un pequeño cuerpo de baile, frecuente en las zarzuelas, a cargo de la coreógrafa Sibila Miatello agregó frescura y sensualidad a la puesta.

La orquesta, bajo la batuta del maestro Ezequiel Fautario, hizo lo posible por adaptarse al foso de la sala, la falta de espacio llevó a usar los palcos laterales que no es lo ideal pero que terminó siendo la única opción. No es mal momento para acondicionar y seguir usando ese lugar del teatro. (Obviamente es más sencillo poner pistas, pero ah! La diferencia!)

Los cantantes, el coro y los figurantes se lucieron divertidos, un tanto apretados, las dimensiones de esta sala son mucho menores a la boca del Argentino, pero hicieron un esfuerzo estoico por moverse apropiadamente en toda la performance.

El casto José, interpretado por Santiago Martínez fue de tímido a dominante sobre las tablas, si bien no tiene gran caudal vocal, se desempeñó de manera muy histriónica.

Graciela Oddone personificó a una Lota plena en lo vocal y con una simpatía justa para el papel, sin caer en vulgaridades.

Alberto Jauregui Lorda fue el experimentado Faraón, este ya veterano sobre las tablas es siempre el elegido para el deleite del público, generoso en su volumen, no se guarda nada en escena y se lleva los aplausos de la platea.

Veronica Diaz Benavente en el papel de la Reina no se dejó amedrentar por las figuras, se lució suelta y divertida.

Sebastian Sorrarain fue un Putifar justo, ni más ni menos.

En el cast completo destacaría a la bellísima Rosana Bravo, mezzosoprano de la ciudad, que si bien no tiene un gran caudal vocal, dejó al público fascinado con su físico que se lució en apenas una malla y un tocado de plumas.

También como actores de soporte, cantantes y bailarines se destacaron Miguel Lescano y Fernando Alvar Nuñez, a los que no les faltó nada, gracia, coordinación, ritmo y, que de alguna manera fueron el hilo conductor de la acción de manera muy solvente.

El coro atento y numeroso se adaptó al escenario como pudo, sonó compacto y parejo bajo la dirección de Hernán Sanchez Arteaga.

En esta breve reseña, de último momento y recién salida de la función, es tal vez necesaria para que mañana mismo tomen la decisión de darse una vuelta por el Coliseo Podestá y disfruten de una producción llena de color y talento platense.

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