lunes, 22 de septiembre de 2025
16.7 C
Buenos Aires

Recitativo, concierto de la Orquesta Académica del Teatro Colón: el futuro es de los jóvenes

LECTURA RECOMENDADA

Director: Pablo Bochimuzzi. Solistas: Fernanda Morello, piano; Juan Peltzer, narrador/cantante. Claude Debussy: Preludio a la siesta de un fauno. Guillo Espel: ¿Quién sustrajo la claridad del poema? para piano y orquesta. Silvestre Revueltas: Homenaje a Federico García Lorca. Marcelo Delgado: Recitativo, versión para narrador/cantante (barítono) y orquesta. Nuestra calificación: excelente

Un concierto inhabitual por la notable programación, que equilibra obras ya de amplio reconocimiento con dos estrenos de compositores argentinos – ambos de notable trayectoria y de fundamento especial en el manejo de los medios que eligen para expresarse – generó un evento de singular imaginación y creatividad.

Fotos gentileza: Arnaldo Colombaroli – Prensa Teatro Colón

Es llamativa, asimismo, pese a la ya probada capacidad profesional de los muy jóvenes músicos de la Académica, la ambición con que fueran seleccionadas las obras. Desde luego, es indiscutible que el célebre “Preludio” de Debussy (basado en el poema de Stéphane Mallarmé) partiera la historia de la música europea en un “antes” y un “después”, pero la exigencia de la perenne alternancia entre primeros atriles tratados como solistas sobre el conjunto plantea arduos problemas de ejecución, y algún traspié en los metales en la respuesta al célebre solo inicial de flauta no hubo de empañar el clima logrado.

No menos demandante es el concierto para piano y orquesta de Espel, cuyo título insiste en la atmósfera cerradamente poética de la obra anterior. Como todas las obras del programa, la selección de los grupos instrumentales requeridos cambia llamativamente en cada ocasión (en ningún caso alcanza el gran “tutti” habitual desde el modernismo hasta la actualidad), acercándose, por lo tanto y casi siempre, al ámbito camarístico (¡agregando alguno que otro problema para la reubicación de los instrumentistas y hasta de la colocación de las “particelle” en sus respectivos atriles cada vez!). Así, el orgánico reduce maderas y metales pero amplía la percusión incluyendo sutiles espectacularidades. Y se produce entonces un “diálogo de oposiciones” entre los instrumentos de la orquesta y el piano solista; momentos de calma y tranquilidad de aquéllos son desafiados por acordes o arpegios súbitos del piano, o, por el contrario, éste se apacigua en una ensoñación de sucesiones ascendentes mientras es el turno de los demás de atacar. Aún así, la refinada filigrana no deja de llamar la atención.

Asimismo, el “Homenaje” del gran mexicano Revueltas reduce las cuerdas prescindiendo de violas y violoncellos, apenas flauta y clarinete y pocos metales… pero reserva trampas riesgosas para ambas trompetas, que aparecen prácticamente destacadas o aisladas frente al silencio, con líneas casi secretas asordinadas. Sin embargo, termina por imponerse la atmósfera tripartita con el duelo por el poeta asesinado en su parte central, y danzas característicamente mexicas en los extremos.

Finalmente, la nueva versión del “Recitativo” de Marcelo Delgado, incluye esta vez narrador/cantante amplificado (práctica no inhabitual en la música contemporánea, aunque significara en esta ocasión una demora en iniciar la ejecución debido a desperfectos técnicos – un persistente ruido, más interrupciones inoportunas del sonido – no muy hábilmente solucionados cuando uno de ellos hubo de acercarse al solista para cambiarle el micrófono ¡entregándole uno de mano, cuando el mismo tenía ambas ocupadas, una con el necesario diapasón y la otra para volver las páginas!). La obra debe emerger de la total oscuridad (los técnicos de iluminación del teatro deben generar un “apagón” como comienzo de la pieza) y también hay que detenerse aquí en la particular composición del orgánico con particularidades en el sector percusión y reducción de maderas y cuerdas. El clima poético es aquí aún más presente, en la voz del solista, que despliega textos de una extensa gama de autores, Clarice Lispector, Luis Sagasti, Pascal Quignard, María Negroni, George Steiner, Rainer Maria Rilke y el propio Marcelo Delgado, generalmente referidos a la música y el silencio, con proyecciones a veces cósmicas, muchas indagando la espiritualidad. Siempre es evidente la referencia histórica al silencio como parte esencial y base de la música, y experiencias relacionadas (los estudios y obras de Cage, por cierto). Conocedor íntimo de la trama instrumental y de sus posibilidades, Delgado deja en general la voz hablada surgiendo de un “tacet” orquestal, pero no ahorra algunos fuertes ataques cuando el solista canta, aunque no llega a ocultar su presencia; las indicaciones que la partitura detalla alcanzan un nivel casi escénico, sea por sus movimientos, sea por sus inflexiones vocales. Y ahonda en texturas cuya riqueza en efectos tampoco ahorra dificultades para los jóvenes músicos, quienes las logran superar a fuerza de virtuosismo, creatividad e imaginación. Un nuevo “apagón” señala el final del “Recitativo”, obra y concierto. Desde luego, los solistas de ambos estrenos desempeñaron una labor ciclópea con aparente soltura. Y reconozcamos ciertamente la precisión del director de orquesta como guía infalible en la aventura, tan arriesgada como fantástica.

Sería evidentemente un verdadero acierto que las obras estrenadas, y tal vez hasta las de repertorio incluidas, volvieran a tocarse y permitir al público que pudo acercarse mayor familiaridad y transparencia más allá de la sorpresa inicial.

Mas articulos

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

ULTIMAS NOVEDADES

Director: Pablo Bochimuzzi. Solistas: Fernanda Morello, piano; Juan Peltzer, narrador/cantante. Claude Debussy: Preludio a la siesta de un fauno. Guillo Espel: ¿Quién sustrajo la claridad del poema? para piano y orquesta. Silvestre Revueltas: Homenaje a Federico García Lorca. Marcelo Delgado: Recitativo, versión para narrador/cantante...Recitativo, concierto de la Orquesta Académica del Teatro Colón: el futuro es de los jóvenes