miércoles, 8 de octubre de 2025
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RECITAL: «JAVIER CAMARENA» EL TENOR MEXICANO QUE DESLUMBRÓ AL PUBLICO DEL TEATRO COLÓN, CON SU VOZ , EMOCIÓN Y HUMILDAD

LECTURA RECOMENDADA

JAVIER CAMARENA & OFBA

ORQUESTA FILARMÓNICA DE BUENOS AIRES

DIRECTOR
Enrique Arturo Diemecke

TENOR
Javier Camarena

Repertorio:

CHARLES GOUNOD:
OBERTURA DE “ROMEO Y JULIETA”
AH! LÈVE-TOI, SOLEIL! DE “ROMEO Y JULIETA”

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GEORGES BIZET:
JE CROIS ENTENDRE ENCORE DE “LOS PESCADORES DE PERLAS”

GIOACHINO ROSSINI:
OBERTURA DE “EL BARBERO DE SEVILLA”
SÌ, RITROVARLA IO GIURO DE “LA CENERENTOLA”

GAETANO DONIZETTI:
AH! MES AMIS!…POUR MON ÂME DE “LA FILLE DU RÉGIMENT”
TOMBE DEGLI AVI MIEI… FRA POCO A ME RICOVERO DE “LUCIA DI LAMMERMOOR”
POVERO ERNESTO… CERCHERÒ LONTANA TERRA DE “DON PASQUALE”

GIUSEPPE VERDI:
OBERTURA DE “LA FORZA DEL DESTINO”
LUNGE DA LEI… DE’ MIEI BOLLENTI SPIRITI DE “LA TRAVIATA”
LA DONNA È MOBILE DE “RIGOLETTO”

“La Catedral de la Música”, esperaba tener un recital con la excelencia que brindo el tenor mexicano JAVIER CAMARENA el jueves próximo pasado el cual se disfruto, literalmente, desde la primera nota. A ello coadyuvó de forma sobresaliente la ORQUESTA FILARMONICA DE BUENOS AIRES bajo la dirección del Mtro. ARTURO DIEMECKE, el cual supo lograr esos climas musicales únicos junto a la bella voz del “charro mexicano”.

Y digo lo de “la primera nota” para poder hacer una breve reflexión sobre la estructura del recital. En contra de lo habitual, que no es sino que los artistas utilicen el comienzo del mismo para calentar la voz y entrar en contacto con el público, Camarena hace exactamente lo contrario: una primera parte operística exigente y calculada para, cuando comienzan a menguar las fuerzas, afrontar una serie de canciones de salón y otras piezas similares.

Así, Camarena demuestra personalidad y ya desde un inicio ofrece en su plenitud al público lo que previsiblemente espera de un tenor lírico-ligero mientras que en la segunda parte, con un respetable totalmente entregado él puede permitirse “jugar” con los oyentes con obras que le exigen menos pero que quizás, en cierta forma, le pueden motivar más. Provoca además la comunicación con el espectador en una actitud antidivo que llega con facilidad.

La parte operística fue brillante. Sin discusión. Se muestra una facilidad para el agudo insultante y ello será lo que más llame la atención pero junto a ello hay otras características que son las que hacen de Camarena un cantante más que un «lanzanotas»: un fraseo nítido, un legato más que solvente y, sobre todo, una expresividad que le hacen subrayar ora con mayor intensidad el texto que nos canta y, por ello, el personaje mismo que interpreta.

Así, ejemplar su Edgardo doliente; fiero y enamorado su Romeo goudoniano, lleno de nobleza y esperanza en su Alfredo verdiano. Junto a las características ya apuntadas puede y debe mencionarse su facilidad en la coloratura, que quedó evidente en su Ernesto donizzetiano, con lectura canónica. Y en su gran aria operística utilizo el alarde que es el «Ah! Mes amis», de La fille du régiment para asombrar por su naturalidad, aparente comodidad y resolución espectacular. Camarena supo darnos lo que queríamos y además cantó muy bien.

Sus bises en Camarena fueron capaces de tenernos a los escépticos pegados al asiento al comprobar cómo esas mismas naturalidad, expresividad, musicalidad y técnica se acompañaban de una espontaneidad como de simpatía que conectaron con el público hasta hacer del concierto un éxito indiscutible.

Queda para el recuerdo sus bises que eran clásicos populares, su primero fue “Alma Mía” de la compositora mexicana Maria Grever, sus lagrimas le emergían en su rostro mientras la cantaba, y la emoción en el público también, luego arremetió fulgurante con otro tema de su compatriota Agustín Lara Granada en donde el brillo de su voz lirica transmitió con vehemencia la tierra española con la bravura mexicana.

Para finaliza pudimos descubrirlo cantando tango en este caso de Gardel y Lepera “El día que me Quieras”, en el cual pasión y poesía enloquecieron a los oyentes. Y ahora como aditamente a esta critica lirica, va una not de color social; días atrás previos al concierto le pregunte en una Masterclass privada realizada en la casa del mecenas de la música el Dr. Alejandro Cordero que opina cuando recibe criticas negativas sobre alguno de sus trabajos, a lo cual me contestó…”“El primer crítico de uno es y debe ser uno mismo”, me reconoció que ha recibido críticas negativas de funciones que a su juicio fueron buenas, y viceversa: críticas positivas de funciones que él cree fueron malas, por lo que hay que ubicar las críticas de los otros en su justa dimensión. Luego soltó una pequeña risa y me relato que en una ocasión, al final de lo que según él fue una pésima función, la gente les aplaudía a rabiar. Al irse apagando la ovación escuchó a lo lejos un fuerte “¡Buuu!”Miró hacia la sala oscura en busca que aquella voz y sonrió: “Ese sí sabe”, pensó. En dicha Masterclass luego de escuchar atentamente a cada intérprete, partitura en mano, Javier trabajó con cada uno de ellos individualmente, corrigiendo y mejorando aspectos diversos como la dicción correcta en la ejecución de los recitativos y la interpretación del texto, cuestiones técnicas como la respiración y el apoyo, sugerencias para la colocar la voz “en la máscara” (los resonadores de la cabeza) y para mejorar el squillo (la brillantez en la proyección del sonido), y detalles musicales diversos como la agógica (tempi) y dinámica (matices de intensidad) señaladas en cada partitura.

En resumen un concierto memorable en el Teatro Colon de uno de los mejores tenores del mundo JAVIER CAMARENA, con la humildad de los grandes y la emoción en su voz. Y como cotilleo social comentario de color para retratar a este “charro de la lirica” que esperemos disfrutar prontamente en una ópera completa en el escenario de la Calle Libertad.

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