OTELLO
Drama lirico de Arrigo Boito
Musica de Giusepe Verdi
Wiener Staatsoer (función 18 de marzo 2018)
Director: Graeme Jenkins
Regie: Christine Mielitz – Escenografía: Christian Floeren
Vestuario: Thomas Lang
Elenco:
Otello: Roberto Alagna
Jago: Dalibor Jenis
Cassio: Antonio Poli
Rodrigo Leonardo Navarro
Desdemona: Aleksandra Kurzak
Emilia: Ilseyar Khayrullova
Fotos gentileza de Michael Pöhn y Desde la Platea
El papel principal del «Otello» de Verdi es probablemente el desafío más intimidante para los tenores de todo el repertorio italiano. Exige una intensidad dramática visceral, una gran resistencia vocal y un poder escénico arrollador. Sin embargo, un Otello también debe ser capaz de dar forma a las frases de Verdi con elegancia lírica. Pues siendo el debut de una pareja protagónica de alto impacto emocional, transmitieron en todo momento con su excelencia vocal todo el drama de Shakespeare/Boito.
Una velada en donde por fin un puede decir “habemus Otello”, Roberto Alagna así lo demostró ya desde su aparición con el “Exultate “de alto impacto, mostro su cambio vocal con un squilo que corrió ampliamente por la sala vienesa y mostrando seguridad y no poseer el más mínimo vibrato. La orquesta bajo la dirección de Graeme Jenkins arrebatada en fortes venía a tutti pero no pudo con Alagna el arde por el escenario, se entrega al rol y asi se lo vió. Luego vendría el dúo loco de Yago al final del segundo acto y por otra parte la locura increscente del acto tercero, siendo probablemente uno de los pocos cantantes que en este rol no forza la voz. Pocas veces escuché las frases de anhelo de Otello durante el dúo de amor pronunciadas con un tono meloso y un lirismo tan flexible. ¡Él coronó la línea en el dúo, con las palabras “Venere splende!» («¡Venus está radiante!»), con casi lo más parecido a un verdadero pianísimo alto
Su “Mephisto” que urde toda la trama de venganza estuvo en un notorio Dalibor Jenis, de contundente escena, su imagen atemorizaba, su rostro transmitía todo, su plan como se lo iba diciendo casi al cuello Otello al cuello. La ambigüedad que jugo en toda la función fue verdaderamente aterradora formado por un ideal su color vocal.
Su compañera escénica y esposa en la vida real, Aleksandra Kurzak , realizó una Desdemona que todavía sigue acariciando mis oídos, su canto fue exquisito. Ella trajo una belleza conmovedora y reluciente a las frases altísimas de Desdémona durante el conjunto dramático que termina el Acto III. Su canto íntimo y vulnerable de la “canción del Salce” y su” Ave Maria» en la escena final tuvo al público tan absorto que nadie rompió el hechizo con aplausos.
Ampliamente de destacar es el tenor Antonio Poli en el rol de Cassio quien presento una redonda y brillante voz; Leadro Navarro en el rol de Rodrigo fue correcto que sumado al todo el elenco jugo notoriamente su voz a favor de la perfomance.
Esta producción de alto impacto (aclaro que este cronista nunca la había visto) y que es común para la Staatsoper me pareció de una crudeza y realismo muy difícil para cualquier cantante, escenas entre sombras, grandes enrejados corredizo que semeja una cárcel viviente “el palacio”, en su centro un símil “ring de box sin cuerdas” que ante la locura de Otello girará a la mejor manera de la obra teatral Equus, lo cual plantea la parte psicótica del protagonista el cual emerge entre la oscuridad y el delirio. Proyecciones sencillas y prolijas remarcaron en forma de marcos la tormenta y el desquicio mental de Otello. La regie fue realizada por von Christine Mielitz, , la escenografía Christian Floeren , un vestuario lleno de cuero negro, y toques blancos diseñados por Thomas Lang, ampliamente genial ya que da esa locura del “celo» lo cual en psicología se llama personalidad celotípica, que el marco ideal a la propuesta que seguramente será controvertida para mas de uno.
Fue tan intenso el tercer acto que finalizo la Opera e inmediatamente no hubo aplausos, se había logrado la magia de la entrega de los cantantes con la música. Uno veía gente emocionada y esta vez el modernismo es secundario por eso, Bravi a tutti , y gracias por hacerme volver a creer que hay Otello visceral como arrebatado , que es un personaje no el moro típico sino un ser humano que quiebra la fragilidad del amor por los celos , esta versión al final la aplaudo y digo solamente cuando caen las lágrimas en el publico se logró la magia de la Ópera.