Recorriendo la Armería del Kremlin en Moscú, uno puede descubrir uno de los célebres huevos diseñados por Fabergé,en este es el llamado «Memoria de Azov». Alejandro III lo regaló a la emperatriz María Feodorovna en la Pascua de 1891.
El huevo fue elaborado en memoria del viaje del zar Nicolás II y del gran duque Jorge Alexandrovich en el crucero «Memoria de Azov».en el Lejano Oriente en 1890 (el huevo fue presentado a la emperatriz antes del intento de asesinato del zarevich Nicolás en Japón).
Está tallado en una sola pieza de heliotropo, el huevo “Memoria de Azov”, de 93 mm de alto y 70 mm de ancho, fue elaborado por los artesanos Mikhail Perkhin y Yuri Nikolai al estilo de Luis XV. Está cubierto de adornos de oro calados de estilo rococó, con incrustaciones de diamantes y flores doradas. El ancho borde dorado en la unión de las dos mitades del huevo está adornado con un rubí y dos diamantes. El interior del huevo está forrado con terciopelo verde.

La sorpresa del huevo es un modelo en miniatura del crucero de la Armada Imperial Rusa «Memoria de Azov», elaborado en oro rojo, amarillo y platino con pequeños diamantes a modo de copas, montado sobre una placa de aguamarina que imita el agua. El nombre «Azov» está grabado en la popa del barco. El soporte tiene un marco dorado con un lazo para sacarlo fácilmente del huevo.

Una joya absolutamente cautivadora, que al acercarse uno a su vitrina de exhibición sigue siendo atrapante por su orfebreria y asimismo uno de los pocos Fabergé que nunca salieron de Rusia.