miércoles, 8 de octubre de 2025
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«LA VIUDA ALEGRE» seduce a Buenos Aires , primer titulo de la Temporada 2016JUVENTUS LYRICA

LECTURA RECOMENDADA

La viuda alegre”, de Franz Lehár,Libreto de Victor Léon y Leo Stein

Temporada 2016 Juventus Lyrica

Director escénico: Ana D’Anna

Director musical: André Dos Santos

Intérpretes: María Goso, Ernesto Bauer, Ivana Ledesma,Duilio Smiriglia, Carlos Kaspar,Fernando Navarro,Norberto Lara,Ezequiel González, Felipie Cudina Begovic,Gabriel Carrasco, Mariano Gladic

Director de Coro de Juventus Lyrica

Hernán Sánchez Arteaga

Teatro Avenida de De Buenos Aires

(Funciones 6, 8,12 y 14 de mayo)

Función del 6 de mayo

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Aunque el libreto original de “La viuda alegre”, firmado por Victor Léon y Leo Stein, en la belle epoque iniciando el siglo XX, como sucede en el original, esta produccion nos la muestra. En todo caso, la música de esta opereta es fruto del compositor vienés Franz Lehár en 1905 y las características más evidentes de la obra son su elegancia y el tono humorístico en que discurre la acción.

Las raíces de la opereta vienesa hay que buscarlas en el Singspiel y en las farsas locales y entre los compositores que más influyeron en el establecimiento de este nuevo género figuran Franz von Suppé –“La bella Galatea” (1865), “Caballería ligera”’ (1866) y “Boccaccio”(1879)-, Johann Strauss II –“El murciélago” (1874)- , o Karl Millöcker –“El estudiante mendigo” (1882)-. El nuevo género fue llamado así por tratarse de opereta, una obra teatral con canciones y bailes intercalados con diálogos. En el siglo XVIII el término significaba ópera corta, pero en los siglos XIX y XX tuvo el sentido de una obra con música de carácter ligero al gusto popular que, además de en Viena, tuvo también un eco muy fuerte en compositores franceses e ingleses.

La versión de “La viuda alegre”, que estos días ha traído nuevamente Juventus Lyrica está dirigida por Ana D’Anna, con la dirección musical de André Dos Santos , que dirige al ensamble orquestal.

Hanna es una joven viuda acaudalada, habitante del pequeño principado de Pontevedra. Para intentar sobrellevar la adversidad sobrevenida de su viudez, viaja a París, y las autoridades de su país quieren evitar a toda costa que su fortuna acabe saliendo del principado. Tan ardua y delicada labor es encargada al Conde Danilo, primer secretario de la embajada en la capital francesa. Pero entre Hanna y Danilo había ya una historia de amor que no había acabado de cuajar. Y la dificultad de la labor encomendada al joven diplomático es aún mayor teniendo en cuenta que él no es el único pretendiente en ese París desenfadado, divertido y, además, la joven viuda decide que no es tan malo eso de “dejarse querer”. Y entre episodio y episodio, suena un vals tras otro, la fiesta no para, siempre regada de champagne y en un ambiente en el que la alegría es su característica más dominante.

La prolija versión presentada en el Teatro Avenida, presenta las marcas de Ana D’Anna que se ha notado por la brillantez, valentía, renovación y seriedad de sus montajes siempre llevados a cabo en esta Compañía. En el que nos ocupa no iba a ser menos, y en ella el escenario enmarcado y los detalles en la escenografía de estilo art noveau, el vestuario, la iluminación y el atrezzo que son los que uno puede esperar de una producción como esta. Todo está puesto al servicio de los protagonistas de la obra, fundamentalmente, María Goso-Ernesto Bauer-Duillo Smiriglia-Ivana Ledesma,Carlos Kaspar, que son cantantes y grandes actores que se enfundan en la piel de sus roles.

Anna D’anna ha diseñado una escenografía concreta que sirve para enmarcar los tres actos; Ana D’anna y Maria Jaunarena son las figurinistas del espectáculo y ha concebido el vestuario que tanto ellos como ellas lucen a lo largo de la representación; un montaje que -como es lógico suponer- está preñado de números de baile muy variados y llenos de dinamismo, surgidos de la imaginación del coreógrafo Igor Gopkalo y, por último, la luz que envuelve todo ese universo teatral es de Gonzalo Córdova.

El montaje consta de tres actos. En el primero, sitúa la acción en la embajada del pequeño principado de Pontevedra en París, un inmueble lujosamente decorado con lámparas con pie. El momento en que María Goso hace su entrada con un ajustado vestido negro brillante, con gran escote y la espalda al aire cantando, “Bitte, meine Herrn” es magnífico. El apoteósico comienzo es ya un augurio feliz de por dónde iba a discurrir el espectáculo. Los hombres que la reciben van vestidos de frac, mientras las mujeres lucen vestidos largos dorados, rosas,etc. Cerrando este estupendo primer acto el célebre vals “Ballsirenen Walzer”

El segundo acto discurre en los jardines de la casa de Hanna. Las chicas, ataviadas con vestidos tradicionales Pontevedrinos, bailan danzas populares. Es de mencionar aca su “Introducción, “danza y Canción de Vilja” en donde Goso, fue un deleite vocal con sus magníficos pianísimos. Asimismo el famoso septeto “Ja, das Studium der Weiber ist schwer” fue un verdadero tour de force juvenil, tanto vocal como escénico.

Ya en el tercer acto, la acción se desplaza a Maxim’s, el cual en este caso se sitúa en la misma casa de Hanna, reputado salón de espectáculos parisino. En él, las bailarinas van ataviadas con faldas negras, con volantes rojos y tocadas con sombreros de plumas. Y allí tiene lugar el anhelado encuentro y reconciliación final de la viuda y el diplomático. El principio de este último acto se escucha el más famoso vals de esta partitura “Lippen schweigen”. A “Lippen schweigen” sigue “Ja, wir sind es, die Grisetten” Las grisettes eran jóvenes de extracción humilde que iban a la caza de alguien bien posicionado económicamente que las sacara del lúgubre ambiente en que vivían. Y con ellas llega el gran final, cancán incluido, en el que se repite “Ja, das Studium der Weiber ist schwer”.

La versión musical dirigida por André Dos Santos es brillante y alegre y la estupenda intervención de la soprano MARIA GOSO es secundada con el mismo nivel por Ernesto Bauer como Conde Danilo –elegante y con una voz que seduce a los espectadores, Ivana Ledesma, realiza una Valencienne, con propio estilo de soprano soubrette de alta picardía escénica. Duilio Smiriglia en el rol de Rosillon muestra sus cualidades vocales, en su célebre canción “Wie eine Rosenknospe “ de manera notoria, asimismo Carlos Kaspar, Fernanado Navarro ,Norberto Lara, Ezequiel González , Felipie Cudina Begovic, Gabriel Carasso y Mariano Gladic, mostraron una correcta definición en rol tanto vocal como escénica. En conjunto, el espectáculo no defraudará a quienes gusten del género musical, y quienes decidan acudir a él por mera curiosidad o atraídos por las figuras que congrega esta opereta, saben que en Ana D’anna tienen la garantía de un trabajo bien hecho y una producción que podría ser exhibida en cualquier teatro .

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