- AUTORIA: Mark St. Germain
- VERSIÓN: Daniel Veronese
- DIRECCION: Daniel Veronese
- PREOTAGONISTAS: Luis Machin – Javier Lorenzo
- ASISTENTE DE DIRECCIÓN: Adriana Roffi – DISEÑO ESCENOGRAFÍA: Diego Siliano – DISEÑO ILUMINACIÓN: Marcelo Cuervo
- DISEÑO VESTUARIO: Laura Singh – ASISTENTE DE VESTUARIO: Daniela Dearti – DISEÑO GRAFICO: Diego Heras – FOTOGRAFÍA: Nacho Lunadei – PRENSA: SMW – COMUNICACION: Bushi Contenidos
- PRODUCCIÓN EJECUTIVA: Luciano Greco – PRODUCCIÓN GENERAL: Sebastián Blutrach
En el vibrante escenario de «La Última Sesión de Freud», la obra de Mark St. Germain se desata un enfrentamiento titánico entre dos colosos intelectuales: Sigmund Freud y C.S. Lewis. Bajo la hábil dirección y adaptación de Daniel Veronese, el espectáculo se convierte en un campo de batalla psicológico donde las mentes formidables danzan entre la vida y la muerte, la fe y el ateísmo.
La trama se desenrolla en septiembre de 1939, en el Londres histórico, sumergiendo a los espectadores en las circunstancias precisas de dos adversarios excepcionales: Freud, un anciano de 83 años con cáncer terminal, y Lewis, un converso reciente al cristianismo. La convocatoria de Lewis por parte de Freud, desencadenada por los ensayos del joven sobre la necesidad de Dios, despierta un debate que va más allá de lo intelectual.
El malhumorado Freud de Luis Machin se enfrenta al exuberante Lewis de Javier Lorenzo, revelando los problemas psicológicos de ambos antes de que una llamada telefónica finalice el partido. El consultorio de Freud se convierte en el escenario neutral de esta batalla, donde las personalidades chocan, se entrelazan y revelan sus más profundos temores y convicciones.
La brillantez de la obra radica en su ingenio mordaz y su aguda descripción de dos almas opuestas. Es un juego mental inteligente, provocador de risas y lleno de sorpresas astutas. Las actuaciones de Machin y Lorenzo resaltan, especialmente cuando exploran la psique de sus personajes durante un intercambio sobre la guerra, la muerte y, finalmente, el sexo.
Freud, a pesar de su propia lucha contra el miedo, se aferra a su escepticismo religioso, mientras que Lewis, lógico como Spinoza, desafía al psicoanalista. La obra culmina en un épico intercambio sobre la sexualidad, revelando capas ocultas de la mente de ambos personajes. La última sesión, aunque breve, deja a la audiencia en un estado de reflexión sobre el teatro del debate religioso.
En resumen, «La Última Sesión de Freud» es un viaje teatral cautivador que invita al público a sumergirse en un intelectualmente desafiante juego de ideas, manteniendo el suspenso hasta el último instante y dejando a todos con la inquietante pregunta: ¿existe la verdad definitiva en el eterno conflicto entre creencia y racionalidad?
