Sosa Battaglia: La producción que hemos visto de Carmen es absolutamente realista. Fundamentalmente lo que tiene, a mi entender, es centrar toda la Carmen en tu figura, en Don José, porque en realidad él “es” Carmen en cierta manera. Es decir, estamos hablando de que Don José es aquella persona psicópata, que arrastra ese ser de oscuridad de venganza y en su ser obsesivo. Ahora, ¿cómo siente el rol? Porque se te veían los ojos henchidos, como saliéndose de sus órbitas, totalmente apasionado, al agarrar del cuello a Carmen… porque se le marcha…
Cura: no me identifico en nada con el personaje. El hombre hace todo lo que yo no haría. Su violencia es el resultado de su inseguridad. Ustedes, los periodistas que ya me conocen hace muchos años, saben que yo no soy así, que mi forma de reaccionar nunca fue de arrogancia. Siempre posiciones de autoconfianza en mi mismo, y eso viene de muchos años de trabajar duramente. Mi actitud no ha sido nunca de arrogancia reitero, sino simplemente de autoconfianza en mí mismo. Eso me permite no ser violento para alcanzar mis metas. Por eso soy todo lo contrario a Don José. Esa autoconfianza es absolutamente contraria a José, pues es una persona muy insegura, es como un “niño de mamá”, que durante el trascurso de la historia es casi imposible de conocer. José es un joven de unos 18, 19 o 20 años con todas las inseguridades pero también con toda una “revolución” interna. Además proviene de una región del Norte de España con una estructura totalmente represiva y todos sabemos que eso es bastante distinto al Sur de España. No pretendo entrar en un punto político sobre esto, pero en la zona Norte de España, los vascos son conocidos por ser gente dura, cerrada y obstinada. En el Sur son de trato más fácil, y se preocupan por otras cosas. No hace mucho tiempo comenté en una entrevista el hecho de que incluso hay películas en las que se trata esta cuestión. Por ejemplo en una llamada “Ocho apellidos vascos”, en la que se trata la historia de un joven vasco que conoce a una joven de Andalucía, y se muestra todo el conflicto que se crea. Por ejemplo, cuando la joven llega a la casa del protagonista, entra y lo saluda diciendo “Hola bebé!, ¿cómo estás?, y esto crea un gran escándalo; todos allí dicen “hummm…”. Contrariamente, cuando el protagonista se va al Sur, eso no ocurre. Se trata de una comedia, pero con una verdad subyacente; se sabe que los vascos pertenecen, viven un tiempo y un clima distinto, donde llueve casi permanentemente y hace frio. Por lo tanto tienen una psicología completamente distinta y Don José tiene esa psicología. Pero hay un problema para el personaje de José con respecto a la música de Bizet, porque el enfoque francés empuja a su personaje hacia aguas peligrosas; donde las francesas son muy espléndidas y tienen una forma de ver el personaje de una forma “muy suave” en términos de su masculinidad. Eso es muy peligroso porque caemos en la trampa de darle énfasis a su personaje en ese sentido…, y es por la música que percibimos ese enfoque, no centrados en la psicología del personaje que estamos interpretando.
Tengo el honor de ser argentino, y además he vivido en España también. He aprendido muy bien la psicología de las personas que viven en ese país, siendo testigo de los conflictos políticos que hasta hoy en día se tienen entre el Norte y el Sur, aún deseando ser independientes. Yo traigo todo eso al escenario… esa inestabilidad psicológica que él recibe, y esa violencia que es resultado de su inseguridad. José no la mata a Carmen porque la odia; la mata porque ella lo humilla frente a todos. Si Carmen lo hubiera humillado en privado, seguramente hubiera terminado con un par de moretones o con un brazo roto…, o algo así, como lamentablemente uno lee a menudo en los diarios; pero probablemente Carmen no hubiera llegado a su propia muerte. En cambio, ella lo humilló en público y él eso no lo podía soportar. Esto es parte clave de la trama para el personaje de José.
Además tenemos otro aspecto. Carmen toca también temas bastante delicados por aquí, en este país (Oman). Ustedes lo saben bien. Tenemos que mirarlo con cuidado, pero como estamos con prensa argentina, alemana y estadounidense, podemos hablar de forma más abierta sobre misoginia. Sabemos que las mujeres se levantan, que reclaman ser libres, que agarran lo que quieren y dicen lo que piensan (y no porque el hombre les diga lo que tienen que pensar, y demás). Sin embargo, en este país este es un tema muy sensible (aún cuando incluso en partes de Europa hay necesidad de luchar por estos derechos, hoy en día…
Mi esposa está aquí, y ella conoce cómo soy yo… Entonces tengo que pedir disculpas si hablo en profundidad sobre algunas cosas, no quiero ofenderte (Ella responde: “No, no… continúa nomás!). Bueno… La cuestión principal es que Don José es virgen, pero tiene 17, 18, 19 años y tiene hormonas por todos lados! (Ustedes hagan memoria…, recuerden cómo eran a los 18 años). Y de repente una mujer viene y le dice”Hola bebé, te voy a enseñar todo…”. Que va a pasar? Se va a volver loco, por supuesto. Pero luego también la parte pasional es importante, porque sexo está bien, pero José le plantea que “quiero que seas mía”. Pero ella responde “De ninguna forma, bebé…; vamos a disfrutar, y después quizás vamos a estar con otras personas”. No hay ningún agradecimiento personal.
Lamentablemente, hoy en día, se da esta forma de relación entre ellos; no en nuestra generación. Pero en aquellos tiempos era un gran escándalo. Por eso necesitaban crear de la nada al personaje de Micaela. Porque Micaela no aparece en la novela original de Prosper Mèrimée, publicada en 1845. No es un personaje necesario musicalmente. La realidad es que la música para ese personaje es muy bella, pero se trata de otro período de más de treinta años en términos de concepto de música. Lo que ocurre es que quizás Bizet necesitara las características de un personaje como Micaela porque se sentía un poco amenazado por el trabajo de los censores en esos días y le impidieran publicar su trabajo. Necesitaba pues un personaje de contraste con Carmen, para que la ópera pudiera estrenarse. Pero incluso hasta en el estreno el público lo abucheó y lo silbaron…
Sosa Battaglia.- Y en la actualidad, ¿No siente Ud que también hay una censura sobre Carmen? Por ejemplo, con respecto a la producción que se hizo en Torino, en donde cambiaron el final…
Cura: Esto se trata de los cambios en las óperas. En este momento a las óperas se les están cambiando los finales, aún en relación a cosas que están probadas históricamente y considero que está mal. Porque nosotros vivimos en una sociedad donde lentamente estamos tratando de operar sobre estas diferencias a partir de años de dominación, y bla bla bla. Pero si hacemos eso, estamos negando el pasado; estamos simplemente siguiendo con la vida simplemente…Nosotros ya tenemos una determinada edad y sabemos lo que eso significa. Entonces no vamos a cambiar nuestra forma de pensar; pues sabemos dónde encajar cada cosa. Pero la juventud hoy en día ha crecido ignorando el pasado…, entonces ellos no sufren y estamos creando un grupo de idiotas. Necesitan saber lo que ha pasado para evitar que vuelva a pasar, no para repetirlo. Si no sabes lo que ha ocurrido, entonces no sabes qué tienes que evitar, no sabes lo que es el peligro. Necesitas encontrarte con el muro y chocar con él, hacerte daño; porque así después, la próxima vez, te detendrás un metro antes para no volver a chocar contra el muro. Pero si no sabes cómo uno se siente cuando pegas contra el muro, ¿cómo vas a darte cuenta de que debes frenarte?
Por eso, creo que es un error. Es un error creado pensando en la boletería, para crear escándalo y tener más entradas vendidas. Y no estoy diciendo nada que ustedes ya no sepan…
Sosa Battaglia: ¿ cuando comienza su faceta de director de orquesta?
Cura: Yo primero he sido director de orquesta , compositor, y luego comencé a ser cantante, a principios de la década de los 90. Justamente nosotros estábamos hablando de eso unos días atrás…
Mi generación es la que creció en Argentina en la década de los 80, después de la Guerra de las Malvinas (The Falkands War)….; mi generación fue la que combatió en las Islas Malvinas. Los que nacieron en el año 1962 son los que fueron a la guerra. Yo no fui, porque había habido un sorteo para cumplir con el servicio militar y tuve la suerte de sacar un número bajo que exceptuaba de dicho servicio. Si no, probablemente no estaría aquí ahora hablando con ustedes. Pero siento profundamente y me involucro en esa parte de la Historia, pues se comenzaba a salir de un período muy peligroso, como fue la última dictadura militar. Pero en el fin de ese proceso, justamente muchos jóvenes de apenas 17 ó 18 años, que apenas estaban saliendo de la escuela media, de repente eran soldados en una guerra. Una guerra para nosotros que estábamos en el fin del mundo, del otro lado del planeta, sin saber qué infierno es una guerra. Habíamos tenido en nuestra historia solamente conflictos internos, pero una guerra es algo muy serio. Después, de un día al otro, veíamos a todos los militares del Reino Unido… y con el final que ya se conoce.La gran crisis que ese hecho trajo a nuestro país fue grande y afecto presupuestos para cultura. Por ejemplo, hizo difícil tener como mantener una orquesta y un coro. Yo estaba en el Coro de la escuela en el Teatro Colón, y en ese momento ese coro estaba totalmente rechazado. Yo no era un cantante, no era como ahora un cantante profesional de ópera. Pero comencé a cantar en principio para sobrevivir. No hubo ninguna orquesta que pudiera dirigir (lo único que podía hacer era dirigir frente al espejo. Pero además ya tenía composiciones propias, por ejemplo un Réquiem de Guerra, que lo escribí en el año 1984 por las víctimas de la Guerra de Malvinas. Nunca fue estrenado, porque nunca he tenido una persona que quisiera estrenarlo en Argentina. Todas las puertas que yo conocía en Argentina se cerraron. Probablemente en uno de estos días alguna puerta se vaya a abrir, pero hasta ahora no ha pasado. Y esto no es para crear un conflicto político o una polémica; ese no es el punto ahora. Solamente es para decir que muchas de mis composiciones que están estrenándose ahora fueron creadas en aquellos momentos, treinta años atrás, en la década del 80. Entonces no es que ayer desperté y dije “bueno, voy a escribir una sinfonía”. Tenemos algunos cantantes asi…pero ese no es mi caso.Pero volviendo a la pregunta referida a mi labor como director orquestal…. Es lógico que, lentamente, ya no pueda cantar tanto como antes, porque la voz ya no es tan fresca… Ustedes la escucharos estos días, y mi voz suena perfecta, pero es que se necesitan veinticuatro horas para recuperarla, pero yo necesito cuarenta y ocho horas y de vez en cuando más aún. Lo que estamos haciendo aquí esta semana cantando todos los días , dirigiendo orquesta todos los días es muy audaz, muy peligroso. Pero bien, es como tiene que hacerse; tenemos que trabajar así; y llevar todo a cabo dentro de una semana. Pero obviamente no puedo hacer eso todos los días, porque después en un par de años, quedas mal.
Entonces intenté mezclar las cosas: estar dirigiendo la orquesta y cantando. Recién he concretado un contrato siendo el invitado permanente de la Orquesta de la Radio Húngara; mi primer concierto será en noviembre y se tratará de un Réquiem. De manera que soy activamente siendo director de orquesta, componiendo una pieza para ellos que se estrenará allí en enero. Se trata de una ópera bufa llamada “Moctezuma & the Ginger Fire”, es como que después de muchos años “matando sopranos y mezzos”, sentí la necesidad de escribir una ópera cómica…
Post-traducción, versión taquigráfica y versión transcripta en español: JULIO BRAVO