lunes, 1 de julio de 2024
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JANE BIRKIN: el epítome de la elegancia casual parisina

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La talentosa actriz Jane Birkin dejo un legado como rebelde insufrible, activista de derechos humanos y encarnación de la inocencia. Además de ser considerada una belleza sexy, era aclamada como sirena e ícono de estilo. Sus novelas eran legendarias y su nombre quedó inmortalizado en los bolsos más caros del mundo, en honor a la colaboración con la marca Hermes. Sin embargo, a Jane le encantaba la sencillez de las cestas de mimbre, los jerseys elásticos, los vaqueros anchos, las zapatillas, como asi mismo no le importaba demasiado arreglarse el cabello en un día cualquiera.

Jane Birkin fue una cantante y actriz icónica que inició su carrera con pequeños papeles en el cine francés y británico. Trabajó con reconocidos directores como Michelangelo Antonioni, Richard Lester, Agnès Varda, Michel Deville, Bertrand Tavernier y otros. Durante la filmación de la película «Slogan», conoció a Serge Gainsbourg, lo que dio inicio a un apasionado romance que duró más de diez años y se convirtió en el centro de atención en toda Francia.

Serge escribió la canción «Je t’aime moi non plus» y Jane la interpretó, aunque originalmente se había destinado a Brigitte Bardot. La canción se convirtió en un gran éxito, siendo extremadamente sensual y franca, a pesar de que fue prohibida en varios países. Representaba la esencia misma de una relación amorosa.

Después de su separación de Serge, Jane experimentó un cambio en su vida. Maduró y dejó atrás su personalidad temeraria, volviéndose más sentimental. Por ejemplo, no podía deshacerse de nada relacionado con su amante fallecido.

La vida de Jane continuó presentando desafíos y sorpresas: su hija mayor se suicidó, su hija menor, Charlotte Gainsbourg, cortó relaciones con ella, además de enfrentar un derrame cerebral y varias enfermedades. Sin embargo, Jane nunca se rindió. Se involucró en causas socialmente importantes, defendiendo los derechos de los animales, trabajando con Amnistía Internacional y siendo una activista comprometida.

Durante los años de la perestroika, Jane visitó Moscú. A menudo tenía frío y se envolvía en un abrigo desgastado. No estaba interesada en las reuniones de amantes del cine, simplemente se quedaba dormida en ellas. Disfrutaba de la vida nocturna de la bulliciosa ciudad, sus calles y su gente.

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