«Golda», dirigida por Guy Nattiv, se aleja de las explosiones y los campos de batalla para sumergirse en las intrigas políticas que marcaron un capítulo sombrío e inolvidable de la historia de Israel. Esta película nos transporta a la época tranquila, reflexiva y sombría en la que Golda Meir, interpretada magistralmente por Helen Mirren, se convirtió en la Primera Ministra de Israel durante los años 1969-1974.
Meir, una anciana con una actitud aparentemente tranquila, tenía un objetivo claro: mantener el asiento del Primer Ministro tibio para su sucesor, Itzjak Rabin. Sin embargo, lo que no esperaba era el conflicto inesperado que se avecinaba, desencadenado por las quejas de dos formidables antagonistas, Anwar Sadat de Egipto y Hafez Al-Assad de Siria.
El conflicto surgió a raíz de la Guerra de los Seis Días, en la que Israel había confiscado territorios sirios y egipcios. El resentimiento de estos países hacia Israel era palpable, y decidió atacar furtivamente en el día más sagrado del calendario judío, Yom Kipur, en 1973. La narrativa de «Golda» se destaca por el ingenioso dispositivo de encuadre que emplea el escritor Nicholas Martin, quien nos lleva a través de la investigación posterior a la Guerra de Yom Kippur, liderada por el Ministerio de Investigación Agranat.
Durante la película, Meir nos guía con calma y determinación a través de los 25 días de la Guerra de Yom Kippur, y se hace evidente que su principal dilema fue la decisión de no atacar primero para evitar perder el apoyo de Estados Unidos. Helen Mirren encarna a la perfección la personalidad de Golda Meir, con su tabaquismo empedernido, su dependencia de su asistente trabajador y su humor práctico y sensato. En ocasiones, parece que ella es la cuarta Primera Ministra de Israel en la pantalla.
El elenco en su conjunto ofrece actuaciones notables, con Lior Ashkenazi destacando como David «Dado» Elazar, el principal estratega de la defensa de Yom Kippur. Además, Daniel Ben Zenou ofrece un toque irónico y perspicaz como Avner Shalev, lo que añade una matiz intrigante a la narrativa sobre la inteligencia militar.
Lo que distingue a «Golda» es su enfoque en las salas de juntas de Tel Aviv en lugar de los campos de batalla, y muestra cómo un país pequeño enfrenta desafíos monumentales impuestos por sus aliados. La película brinda una visión esclarecedora y reveladora de cómo una Primera Ministra interina toma decisiones cruciales cuando la supervivencia de su nación está en juego.
En última instancia, «Golda» debería considerarse una obra complementaria de «Sadat». Aquí, se nos presenta al líder israelí que, junto a su contraparte egipcia, optó por la diplomacia en lugar de la guerra, en aras de un futuro más pacífico para las generaciones venideras. La escena en la que Meir entrega un regalo a Sadat para su nieta recién nacida es especialmente conmovedora. En resumen, «Golda» es una pieza esencial de cine que nos hace reflexionar sobre el verdadero valor de la guerra y la diplomacia en un mundo convulso.