Desde 1858, se escucha en todo el mundo el CAN CAN, frenético baile popular que uno relaciona inmediatamente con Francia.
Su origen lo debemos encontrar en su autor Jacques Offenbach creador de esta galopa endemoniada, la misma fue compuesta para su Opera ferie : “Orfeo en los Infiernos”(1858); en la misma nos plantea una sátira al gobierno de turno, en donde sus protagonista son los arquetipos de la tragedia griega Orfeo y Eurídice.
Orfeo sale a la búsqueda de su mujer desaparecida llegando hasta el propio Infierno, en donde al ser argumento satírico y bataclan, Eurídice prefiere la vida ligera del Hades, con sus goces y placeres, que al aburrido de su marido/enamorado terrenal Orfeo.
El personaje que une la razón de lo terrenal con la moral y la justicia es la Opinión Pública, la cual guiara a Orfeo a enfrentar a Eurídice , asimismo nos confronta a un Júpiter Dios central del Olimpo, el cual ayudara a la protagonista a decidir de quedarse en las huestes de Plutón, dios del Infierno . La Opinión Publica juzga esta irreverencia, Eurídice se queda en el Hades, aparece el baile frenético de la galope, se entregan todos a la diversión y el pueblo satirizando al mundo de la época, frenéticamente baila levantando sus piernas y sus brazos en situación de impertinencia.
Uno se pregunta, que contradicción, en todo ser esta la ambivalencia de los mundos, Offenbach la muestra en esta Opereta y luego su música leitmotiv se transforma por antonomasia en el baile emblema de un país.
A nivel composición musical, nos marca un antes y un después. Offenbach hasta entonces un músico del Teatro de Bouffes parisino, componía divertimentos en un acto con música de ritmos rapados y populares. Su anterior composición es su divertimento “Ba-ta-clán”, el cual se usara a posteriori como forma de nombrar a una bailarina de cabaret o de teatro burlesque.
Su inmediato suceso internacional enmarca el emergente social popular sobre la rancia aristocracia. Se sostiene, que Offenbach es el creador de la Operette, forma ligera del formato académico de la Opera. Solamente realizara dos títulos operísticos, Die Rheinnixen (1864) y Los Cuentos de Hoffman (1880),
Tuvo mas de 60 Operetas o como el mismo las denomina Operas Bouffes y Feries.
La operette francesa, por tanto, será con su música la sátira del pueblo en referencia a sus gobiernos de turno.
En Viena por otro lado, el compositor Johann Strauss I, llamado el Rey del Vals, se adelantara en este planteamiento social, al crear sus celebres valses los cuales unirá a través de los mismos al pueblo con el palacio.
Mientras que en Francia Offenbach lleva de la ópera al bataclán su música; en Viena se traspasan las fronteras, apareciendo las orquestas populares con sus ritmos de salón en valses y cuadrillas. Luego el célebre compositor húngaro Franz Lehar, marcara ya un rotundo giro, siendo esta vez un pasaje de la música al movimiento popular de la época, es decir compone su opereta “La viuda Alegre” primero para teatro lirico y luego la readapta para Estrados Unidos, más precisamente para Broadway marcando de esta manera la transición de la Opereta a la creación del Musical.
En resumen mis amigos, Offenbach sigue en el Bataclán y en los Teatros Liricos de todo el mundo; su música con su galope, la tenemos presente como Francia misma, sin darnos más que ritmo , la alegría del pueblo llega a todas las clases sociales, siempre con el tinte picaresco del fondo del Bataclan Francés. Sin tapujos y vivificando la alegría: MERCI A CAN CAN ET BIENVENUE A LA POPULAIRE.
Sergio Sosa Battaglia