Composición: Mailen Ubiedo Myskow
Dirección musical: Emiliano García Pérez
Dirección escénica: Ángela Chuffo
Diseño y realización de vestuario: Tamara Pirillo
Diseño y realización de escenografía: Rocío Arlia
Prensa y difusión: Noelia Pirsic
Producción: Contemporánea Lírica
Elenco
María: Karen Brandan; Felicitas: Mairín Rodríguez; Narradora: Silvina Suárez; Enrique Ocampo: Rodrigo Olmedo; Luis: Ramiro Brandan Korosec; Tahiel: Francisco Morales; Quiroga: Sáenz Valiente: Franco Gómez Acuña.
Orquesta
Flauta: Gustavo Giménez; clarinete bajo: Gonzalo Braz; percusión: Daniela Cervetto; saxo alto: Carolina Cervetto; sintetizador y piano: Ernesto Biasotti; violoncello: Carolina Spasiano; violín: Cristina Verstraeten.
Coro
Luciel Lafarja, Romina Maggi, Claudio Javier Brea, Agustina Luján Chavez, Rodrigo Stasi
Un ámbito off del Teatro Colón, un ingreso tras bar histórico, un encuentro con la lírica, en un ámbito atemporal. Una sala pequeña con foso, y ante el espectador una propuesta escénica en la cual se mercan por luces led dos sectores escénicos, hilados rojos que caen como venas hacia el piso son la demarcación, todo un clima visual sencillo, prolijo y por demás onírico, creada por Rocío Arlia. El vestuario sustentable ideado por Tamara Pirillo, posee una impronta muy bien trabajada en texturas y colores, una oportunidad para que los jóvenes presenten en este caso diseños de punta para una idea general donde se nota el trabajo grupal dirigido por Angela Chuffo, lo cual corona el excelente resultado de la propuesta lírica.
Comienza la obra y surge como en formato de cantata el relato de una Narradora / Pachamama, en un prólogo en el cual se nos describen dos figuras; una histórica “Felicitas Guerrero” (1875) y “María” (2020), ambas mujeres marcadas por un mismo final: el femicidio.


El relato entre sus alter egos, posee fluidez y ofrece en todo momento tanto con la música como como con el canto introspección a las historias que corren entre “Eros y Thanatos”. Su autora Mailen Ubiedo Myskow, crea una cosmogonía musical comenzando en estructura de cantata con agregado de coro griego junto a la narradora. Luego seguirán momentos con ritmos basados en nuestra música folclórica, como es la baguala – canto solista acompañado por caja que según la región en que se cante, se llama también copla – la cual es acompañada en este caso por la percusión muy acertada de Daniela Cervetto y asimismo por la excelente dirección orquestal del Mtro. Emiliano García Pérez. Continúa luego en vez del aria tradicional ya no solamente baguala sino también vidalas planteadas como dúos e incluso como cuarteto… es el caso de …” Sé que puedo vivir sin ti” … durante el cual se resume el amor en contraste con la obsesión, conformado por cuatro tesituras que destacan en su entrega, son ellos: Mairin Rodríguez (Felicitas Guerrero), María (Karen Brandan), Francisco Morales Quiroga (Tahiel) y Rodrigo Olmedo (Enrique Ocampo).

A continuación, el relato musical gira al réquiem, cantado por coro masculino en latín, un fuerte cambio que muestra la empatía ante el femicidio y sobre todo en un final en un formato de oda, con voces femeninas que plantea la reflexión sobre el “basta a la agresión”.

En definitiva, una propuesta breve, concreta, musicalmente atrapante, con jerarquía vocal; en un ámbito off ideal para esta nueva ópera, que esperamos volver a ver, ya que es un alegato sobre una lamentablemente realidad y que se arrastra desde la historia.
