Encerrado, la versión estadounidense de la argentina 4×4, aterriza con una premisa que engancha de inmediato: Eddie Barrish (Bill Skarsgård), un ladrón de poca monta, queda atrapado en el todoterreno que intenta robar, convertido en presa de William (Anthony Hopkins), el dueño del vehículo con un perturbador sentido de la justicia. Aunque no alcanza las cotas de un thriller inolvidable, la película ofrece momentos de tensión y un duelo actoral que, a pesar de sus tropiezos, la mantiene a flote.
Bajo la dirección de David Yarovesky (Hijo de la Oscuridad), Encerrado transforma la urgencia del original en un relato más pausado, apostando por un enfoque psicológico que no siempre cuaja. El coche, un espacio que podría haber sido opresivo y memorable, se queda en un escenario funcional, y las heridas de Eddie —un rasguño, un disparo accidental— aportan cierto dramatismo, pero no logran anclar la sensación de peligro constante. Aún así, Yarovesky maneja con solvencia las secuencias de claustrofobia, y la banda sonora puntúa con acierto los picos de tensión.
Skarsgård entrega una actuación sólida, dotando a Eddie de una vulnerabilidad que lo hace creíble, aunque el guion no le dé el trasfondo necesario para brillar del todo. Hopkins, como William, es el imán de la película: su mezcla de charme y amenaza roba cada escena, aunque su presencia, mayormente a través de llamadas, se siente algo desconectada. Los diálogos entre ambos tienen chispazos de ingenio, pero no siempre sostienen el pulso que un thriller de este tipo requiere.
Temáticamente, Encerrado intenta tocar fibras sociales —desigualdad, justicia fallida—, pero sus reflexiones son más bien apuntes superficiales que no entorpecen el ritmo. Los giros de la trama, aunque predecibles, añaden algo de intriga, y el clímax, sin ser revolucionario, cierra la historia con dignidad. No es una película que reinvente el género, pero cumple como entretenimiento ligero con momentos de garra.
Encerrado es un thriller correcto que no explota todo su potencial, pero que se beneficia del carisma de sus protagonistas y una idea que, aun ejecutada a medias, mantiene el interés. Si buscas una experiencia más cruda, el original 4×4 sigue siendo la mejor opción, pero esta adaptación es un viaje decente para una noche sin grandes expectativas.