La resonancia de la zarzuela, como bien destacó Moreno Torroba, encontró su último aliento en tierras americanas, un viaje que muchos compositores emprendieron mientras el género languidecía en España ante el auge de la revista. América Latina acogió no solo las obras de los españoles, sino que también gestó su propia producción, lamentablemente gran parte hoy se encuentra perdida en el tiempo.
Gonzalo Roig, compositor cubano, finalmente ve su obra debutar en el Teatro de la Zarzuela tras 88 años de su creación. Basada en la obra cumbre de Cirilo Villaverde, la producción exige una entrega total de sus actores, desafiándolos en todos los niveles. Aunque el libreto esquemático abarca numerosos personajes de la rica novela original, apenas logra desarrollarlos, poniendo a prueba la destreza y solvencia interpretativa del elenco.
La soprano Elizabeth Caballero, brillante en su célebre salida de su personaje, mostró brillo y clase en interpretación. Su desgarrador «¡a él no, a ella!» sono exhuberante. Por otro lado, el tenor Martín Nusspaumer, encarna su personaje con soltura. Homero Pérez-Miranda, conmueve con su romanza.Un magnífico elenco de secundarios, destaca Cristina Faus y Linda Mirabal la cual se divierte interpretando un papel de mujer alienada que combina carácter y técnica.
Sin embargo, el gran conjunto se alza en el inolvidable número «Ya la campana sonó», unverdadero «Old man river» lírico, donde la mezcla de denuncia, desgarro y baile impacta al espectador, ofreciendo una experiencia que rara vez se vive. Para aquellos interesados en las evoluciones de un género tan arraigado y amantes de la lírica en general, «Cecilia Valdés» en el Teatro de la Zarzuela ofrece sumergirse en un mundo de pasiones y desafíos interpretativos.