Ballet: «Giselle» en el Teatro Argentino de La Plata, de Jean Coralli, Jules Perrot y Marius Petipá, Música de A. Adam
Director de orquesta: Luis Belforte
Diseño escenográfico: Juan Carlos Greco
Diseño de vestuario: Eduardo Caldirola
Operación de iluminación: Gabriel Lorenti
Coordinación técnica y de vestuario: Raúl Gatto
Producción escénica realizada en los talleres del Teatro Argentino
Equipo artístico del Ballet del Teatro Argentino
Directora del Ballet estable: Marisel De Mitri
Repositor de la obra: Valentín Miranda
Asistente del cuerpo de baile: Silvina Mazzuca
Función del sábado 24 de junio
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Apenas rozan las puntas sobre la madera del escenario, los violines y los cornos se escuchan lejanos, las luces titilan suaves y el rumor de la sala gradualmente va desapareciendo. Ante los primeros aplausos y con una pequeña introducción musical nos dejamos encantar por la magia de uno de los ballet emblemáticos del repertorio. Apoteosis de tules y femineidad, es sin lugar a dudas el referente de moda y ensueño. Casto Ballet, si los hay, se diferencia de casi todo lo mundano, mediático y modal. Así y todo la sala estaba repleta.
Si bien es una reposición de la Casa, y dada la situación económica del país igual sugeriríamos jubilar la escenografía. El telón del segundo acto y los arbustos colgantes desmejoran tanto esfuerzo. La iluminación tampoco ayudo por momentos, el seguidor a veces iba a destiempo de los protagonistas y las niebla inundo exageradamente la sala, toda la sala del teatro no sólo el escenario en el segundo acto.
El vestuario se vio correcto desde la platea, insulsa la paleta de colores del primer acto en los aldeanos. Las caracterizaciones de los figurantes tambien podrían asentuarse.
La orquesta sonó por momentos desprolija, ajena a la obra. Mas parecía un trámite, o un trabajo riguroso que la ejecución de tan bella partitura. Luis Belforte batalló con la desidia pero perdió implacablemente. Ya sabemos que las orquestas prefieren otros repertorios, pero, no son un mero acompañamiento, son parte integral del espectáculo.
El cuerpo de baile del teatro estuvo correcto, trátándose de un ballet de repertorio y como ya dijimos, una reposición, se veían relajados disfrutando. La línea si se vio comprometida por momentos, comparando a bailarinas de la talla de Romina Panello que se destacan en el cuerpo de baile por su perfección.
Melisa Heredia y Miguel Angel Klug fueron dos protagonistas estoicos, ideales en su «fisic du rol», se destacaron mas por su histrionismo que por la técnica de ballet. Nos dejamos transportar por su arte y emocionar por sus performances.
El simpático dúo Pas Paysan fue ejecutado por Aldana Jiménez y David Gómez (según el programa). En tempo musical, aprovecharon esta pequeña parte para lucirse.
Pequeños detalles, estos que vemos y los que no notamos tal vez, no desmerecen la gracia estética de una de las obras cumbres del repertorio clásico. Ideal para disfrutar en familia, para asiduos al teatro y para los tímidos que se animan a las salas líricas por primera vez. Accesibles los precios y se vienen funciones en agosto, para estar atento con la agenda.
Nota personal sobre niños en la sala:
LOS NIÑOS DEBEN IR AL TEATRO! Ser madre de 4 hijos y amante del teatro, la ópera y el ballet me llevó siempre a querer que mis hijos disfrutaran conmigo, pero, hay una edad para todo.
Recomiendo:
Ser prudente en menores de 0 a 3 años.
Sentarse cerca de las salidas, o en los palcos.
Llevarlos comidos y descansados
No obligarlos a ver toda la obra, se puede disfrutar de un acto y próximamente otro.
Entrenarlos en la reverencia, tres horas de espectáculo ya son demasiado hasta para los adultos, mucho más para los pequeños.
Explicarles el argumento y toda la mística que rodea estos eventos.
Disfrutar con ellos, emocionarse, el teatro no es una obligación, es una pasión contagiosa como todas ellas, si el adulto disfruta sincero los niños se quedarán fascinados y estas experiencias valen más que mil tesoros.