Musical Direction Asher Fisch
Production David McVicar
Stage Design Charles Edwards
Costume Design Brigitte Reiffenstuel Lighting DesignAdam Silverman Choreography Andrew George
Maurizio, Conte di Sassonia Brian Jagde
Michonnet Nicola Alaimo
Adriana Lecouvreur Ermonela Jaho
La Principessa di Bouillon Elīna Garanča
Il Principe di Bouillon Evgeny Solodovnikov
Abate Andrea Giovannini
Quinault Ilja Kazakov Poisson Angelo Pollak Jouvenot Ileana Tonca Dangeville Patricia Nolz
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Acto I
En el backstage de la Comédie-Française, los actores y el director de escena Michonnet se preparan para una actuación. Entre ellos se encuentra la famosa actriz Adriana Lecouvreur, a quien Michonnet ama. Sin embargo, está enamorada de Maurizio de Sajonia, quien ha ocultado su verdadera identidad y se hace pasar por un alférez. Como muestra de su amor, Adriana le regala un ramillete de violetas. Maurizio también ha tenido una relación con la princesa de Bouillon, cuyo marido tiene un romance con la actriz Mlle Duclos. Cuando el príncipe de Bouillon intercepta una carta de la señorita Duclos a Maurizio, invitándolo a encontrarse con ella en su villa esa noche, el príncipe sospecha que la actriz le es infiel. De hecho, había escrito la carta en nombre de la princesa para proteger el buen nombre de esta última. Para vengarse y desenmascarar a la actriz,
Acto II
En la villa de Duclos, la princesa de Bouillon espera a Maurizio, que espera ganarse su apoyo político. Ella se da cuenta de que él no la ama; para calmar sus celos le da el ramillete de violetas. Los dos son interrumpidos por la llegada del Príncipe, y la Princesa consigue refugiarse en una habitación interior. Adriana se une a la fiesta y se revela la verdadera identidad de Maurizio. Los dos rivales se encuentran en la oscura habitación interior, pero no se reconocen. La princesa finalmente logra escapar desapercibida.
Acto III
En una fiesta, la Princesa adivina que Adriana es la amante de Maurizio. Comienza una lucha furtiva entre las dos mujeres, ambas atormentadas por los celos. Adriana recita finalmente un discurso de la Phèdre de Racine, exponiendo a la Princesa con estas líneas dirigidas a ella: «No puedo disimular como esas mujeres audaces, impuras que aman traicionar, cuya frente de hielo nunca se sonroja».
Acto IV
Adriana, enferma de amor, ha decidido retirarse de los escenarios. Se siente abandonada por Maurizio. Su sensación de desolación se refuerza cuando se entrega un ataúd que contiene el ramillete marchito de violetas. Sin embargo, llega su amante y le pide que se convierta en su esposa. Adriana colapsa de repente; de hecho, las violetas fueron enviadas por la princesa, que las había envenenado. Adriana muere.
